SOS EL DUEÑO DE MIS MUSAS

En Grecia antigua las musas en sus comienzos eran las bellas ninfas que adornaban fuentes y monumentos.
Cuabdo Hesíodo y luego Plutarco las reconocen cima inspiradoras de cualquiera de las artes, el gran dios Zeus decide adoptarlas, otorgándoles la posibilidad que sean veneradas cima diosas del Olimpo.
A partir de ese momento Homero las menciona en su famoso himno.
Cuenta que son nueve como los planetas y los nueve cielos del poeta florentino Dante quien afirmaba que para llegar al Edén había que atravesar esos nueve cielos.
Más allá de la historia griega quiero contarle que cada persona que se inclina por una de las artes tiene sus propias musas y fuente de inspiración.
A las mías puedo compararlas con mariposas de cristal.
Igual que las que conocemos tienen poca vida y podrían considerarse una especie en extinción.
Se extinguirían si los terrenales no las tuvieran en cuenta,
Para mantener algo en el tiempo hay que cuidarlo, alimentarlo, incentivarlo y así poder crear.
No solo quienes escribimos necesitamos que las musas estén presente al momento de comenzar, también son necesarias para cuando los artistas del pincel desean dejar plasmada su mejor ora en la tela.
O los músicos crear las mñas bellas melodías que nos llevan a soñar.
Todos los creativos necesitan tener sus musas para que estalle la expresividad.
Siempre el dueño de mis musas fue mi hijo amado, él también era un artista.
Cuando en el cielo se apagaron las estrellas, el Ser Superior en el que la mayoría se lo llevó para que iluminara el Universo.
La soledad es solo física, pues el alma de mi tesoro se alojo junto a la mía para no separarnos más.
Ni siquiera la gemidéz, de la muerte podrá desatar los lazos eternos que nos unen, mucho más allá de la eternidad.
Fuiste mi primer fan, quien descubrió un cuento de mi autoría publicado en uno de los principales diarios de nuestro país.
El relato fue de tu gusto tanto que pediste que votara por él.
Te enojaste un rato cuando te contesté que no podía votar ese cuento.
No escuchabas, tu voz era como una catarata de agua turbulenta.
Mientras te dejaba hablar para que solo te calmaras, comencé a leer el cuento.
Pude explicarte que no podía votar un cuento de mi autoría.
Como de costumbre cortaste la comunicación.
Pasaron segundos para volver a escucharte preguntando si de verdad ese cuento era mío.
Al escuchar la respuesta me preguntaste ¿Por qué no me dijiste nada?
Simple por no saber si gustaría aquello que era mi pasión.
Un lunes muy temprano llama una amiga para contarme que mi cuento “Letras de madera” había salido publicado en la revista dominical del diario.
Saliste como un misil de casa, te advertí que el sobrante de periódicos y revistas se devolvía a la editorial.
Me miraste con esos ojos que tanto extraño, respondiendo “Voy a conseguir la revista, no una sino dos, una para vos y otra para mí”
Así eras de impetuoso por ello no puedo pensarte quieto
Mis compañeras escritoras del foro de los cuentos me decían “Me encantaría tener un hijo que reconoce abiertamente el trabajo de su mamá”
Nunca supe si escribí bien o mal, se que lo hago con el alma en la mano.
Siempre serás el dueño de mis musas.
Tesoro te amo.
Como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=O8HsSx0EtTI