Quiero enviarte algo para que tengas en el cielo y antes haya pasado por mis manos,
Como imaginarás desearía que te llegaran los besos que no te puedo dar, las caricias que mueren en mis manos y los abrazos que se lleva el aire.
Nada de eso puede llegar a ese lugar donde estás.
Busco alternativas y encuentro que lo único que se puede replicar en ambos lugares son flores.
Tendrás suerte pues nadie las cortará, provocando tu enojo, cuando decías que cada flor tiene que estar en la planta a la que pertenece.
Ignoro su nombre, me parecieron bonitas pues copiaron el color de las nubes.
Cuando los poetas se refieren al paraíso celestial dicen que es muy parecido a la tierra.
La diferencia radica en los silencios necesarios para no perturbar el aprendizaje de los ángeles.
Los horarios son respetados con el propósito que no se superpongan las distintas tareas.
Estaría fascinada si me dejaran presenciar una clase de música.
El sonido de cítaras, liras y laúdes invita a soñar con esos mundos que no conocemos pero sabemos que están.
El pasaje de una dimensión a otra debería ser con la compañía de un familiar.
Hubiera sentido un inmenso placer al ser tu compañera en el viaje final.
No tengo demasiado para hacer en suelo terrenal.
Muchas veces pasan los días y no encuentro temas para conversar con nadie.
Es difícil estar condenada al silencio.
Más difícil es aprender a diario que cuando me despierto no te encontraré.
Días aciagos en los que desearía desaparecer de la faz de la tierra.
Cansa la espera.
Se convierte en un trámite burocrático.
Debería ser sencillo,
Son los hijos quienes deben despedir a sus mayores.
Lamentablemente el destino se empecina en cambiar el orden natural de los episodios.
Tengo todo listo para partir.
Sé que debo esperar.
¿Cuánto tiempo más?
Te extraño por eso te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=H-JAMkCtCYI
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