Wednesday, December 26, 2018
ALAS EN MI ALMA
Situarme en un promontorio elevado.
El más alto de todos.
Extender los brazos, mientras mis ojos admiran el vuelo de los pájaros con sus alas desplegadas, volando en bandada sin destino prefijado.
Rogar al destino que desde la columna vertebral crezcan alas blancas.
Plumaje suave.
Mirar esas aves que prontamente perderé de vista, de esa manera podría ascender al Reino de los Cielos cumplimiento mi derrotero.
¿Conocés cuál es el principal?
Depositar un beso en la tibieza de tu mejilla.
¿A ello que acciones seguirían?
Abrazarte hasta que duela.
Tengo orfandad de abrazos y tus muestras de amor incondicional.
Festejar juntos poder mirarnos como antes.
¡Qué dicha volver a sumergirme en la profundidad de tu bella mirada!
¿Convertida en un ser alado permitirá mi ingreso al cielo?
También puedo adquirir la forma de un dron.
Así capturaría infinidad de imágenes, las que luego serían reproducidas en mi refugio.
Jamás me cansaría al verlas.
¿Creés es una buena idea?
No.
Nunca vulneraría el espacio que ocupas desde hace casi cuarenta meses.
Demasiado tiempo que estamos alejados físicamente.
¿Entendés que no es suficiente con llevarte enlazado a mi alma?
¿No existe ningún ente capacitado para comprender las necesidades básicas,
de mamás que atravesamos circunstancias tan dolorosas?
¿Es tan difícil, deducir que no necesitamos conmiseración, sino algo tan sencillo como el simple entendimiento?
¿Por qué he decido ser la portavoz de otras mujeres?
Es simple.
Quizás ellas no tengan deseos de comunicarse.
No las conozco, las comprendo.
No es grato predicar al viento.
Viento que a diferencia de Ustedes es capaz de escucharnos y llevar a nuestros seres más amados, el arrullo de nuestras voces.
Poseer alas que me lleven a vos, es otro de mis sueños locos.
Nueva utopía entre tantas otras, esperando cristalizarse.
¿Te dije cuánto te amo?
Te pido que cuando establecemos estas conexiones mágicas, si olvidara expresarlo, no dudes que el sentimiento regidor de cada instante de esta vida, transitando temporalmente las penumbras.
En dos días se cumplirán cuarenta meses de tu partida tan injusta como inesperada.
¿Hasta cuando tendré que seguir contando ausencias?
No creo sea demasiado complicado detener ese conteo de días, horas, minutos y demás unidades de tiempo.
¿Qué lenguaje debo utilizar para mostrar mi malestar al permanecer en contra de mi voluntad en suelo terrenal?
Casi siempre pienso, establezco diálogos con las piedras.
Todos mis interrogantes reciben como única respuesta el silencio agobiante.
¿Carecen de argumentos para responder?
Mi vida, te extraño más que nunca.
Por más que prometa llegar a tu lado en un breve lapso de tiempo, no depende de mí, ese arribo tan soñado.
Esperar produce angustia.
Me consuela poder solicitarte a diario que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=2V5hx0rXBU4
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