Saturday, December 29, 2018
LLEGAR A TU LADO
Mi derrotero es llegar al pie de la escalera que lleva al cielo.
Nadie osará impedir el ascenso.
Debo trasladarme hacia un lugar despoblado.
Allí encontraré el primer peldaño para llegar a tu lado.
¿Podrás ser mi guía luminoso en este viaje?
¿Estoy ansiosa?
Demasiado. Es un sentimiento imposible de controlar.
¿Tengo sed de vos?
Si.
Cuarenta meses es demasiado tiempo sin intercambiar sonrisas, palabras de cariño.
Miradas cómplices.
No llevo equipaje.
Deseo permanezcamos juntos para siempre, en ese enigma llamado eternidad.
A medida que avance grabaré mi voz, relatándote aquello que encuentre en este largo camino.
¿Recordás el bosque del sur?
¿La capilla a cielo abierto?
Estoy transitando un lugar similar.
El gorjeo de los pájaros indica que es el camino a seguir.
Más adelante se divisa un espejo de agua.
¿Cómo haré para cruzarlo, si no sé nadar?
Esperaré estar más cerca.
Ningún obstáculo podrá impedir cristalizar esta utopía.
Mientras camino, te recuerdo en forma permanente.
Un anciano de blanca barba está sentado a orillas del lago.
No pensé saludaría con tanto afecto.
Pregunto por la profundidad de las aguas.
Pide por un momento cierre los ojos.
Al abrirlos encontraré la respuesta.
Exultante observo un puente.
En ambas barandas encuentro, delicados pimpollos de rosas tan blancas como las nubes poblando el cielo azul
¿Son un envío de tu parte?
A medida que atravieso ese puente tan singular, los pimpollos se van transformando en rosas deseosas de obsequiar exquisitas fragancias.
Durante el camino vuelvo a escuchar la melodía de los pájaros.
Estoy por llegar al final del puente.
Desciendo.
El paisaje es tan conmovedor como los sonidos del silencio.
La quietud es total.
Un páramo indica el camino es el correcto.
¿Tengo temor?
No mi cielo.
Asombra tanta soledad.
Metros más adelante donde el cielo se muestra de color índigo profundo observo la escalera tan buscada,
Comienzo el ascenso,
¿Cómo se hace para controlar las palpitaciones del corazón?
Cabalga en mi pecho, ante la posibilidad de vernos nuevamente.
Desaparecen los signos de vida de terceros.
Estoy sola.
¿Cristalizaré mis sueños en esta ocasión?
Espero sea así.
La densidad de celajes prístinos rodea mi cuerpo.
Asemejan enormes trozos de algodón, dispersos por el firmamento.
¿Qué palabras utilizar para agradecerte, allanes cualquier obstáculo que pudiera aparecer en esta elevación?
Sin dudas muchos abrazos capaces de demostrar el amor inconmensurable que tengo por vos.
¿Seré recibida por ángeles?
¿Estarás allí?
¿Reconocerás a esta mamá que te ama y extraña más que nunca?
Las nubes cada vez son más densas.
¿Por qué no se escuchan los sonidos de cítaras y laúdes?
¿Es la misma escalera que ascendiste cuando partiste hacia otras dimensiones?
Abruptamente terminan los escalones.
Desaparecen las nubes.
¡Por favor, otra vez no!
El llanto incontenible, impide la visión.
Suavemente desciendo sobre mis propias lágrimas.
Diviso mi refugio.
¿Por qué estoy aquí?
Con el rostro desencajado por el llanto, enciendo el celular.
Deseo escuches desde donde estás, cada una de las palabras pronunciadas, mientras me dirigía a vos.
Es raro, mi voz desapareció.
Con sorpresa puedo oírte pronunciando tu axioma favorito; “No es grave má”.
¿A que obedece esta nueva desilusión?
¿Por qué esta nueva dilación?
Mi tesoro, esta caída con capacidad para agrandar las heridas del alma sangrante, no será un escollo para nuevos intentos.
La intención es llegar a vos.
¿Cuándo?
Lo antes posible.
Nadie podrá detener mi marcha.
No existe ente con capacidad suficiente para truncar el mejor de mis sueños.
Por favor, hoy más que nunca te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=_ogfQYVad3Q
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