Unas de las tantas imágenes que contienen tus redes sociales, existe un colorido caleidoscopio.
¿Recordás que utilicé aquella en uno de mis relatos del que siempre serás fuente de inspiración?
No recuerdo cual fue la melodía que utilicé para llevarte sones a tu cielo.
En su inmensa mayoría , las imágenes de caleidoscopios son musicalizadas con sonidos que contienen las cajitas musicales.
¿Puedo comentarte mis recuerdos?
Cuando escuché la música por primera vez, dirigí la mirada hacia el sitio donde están los recuerdos.
Eras un jovencito, cuando me obsequiaste una caja musical.
Afortunadamente no tenia una bailarina danzando.
¿Adivinaste que no eran de mi agrado?
Contendor de alhajas.
Allí guardo casi todas.
Es una caja elaborada en plata con hojas cinceladas en oro.
Una rosa se encuentra en la tapa.
El interior es de terciopelo rojo.
Desde tu ausencia nunca más accioné el mecanismo para oír la melodía.
¿Dejarías te cuente la historia de los caleidoscopios?
Fueron patentados hace doscientos un, años por un artista escocés,
En un tubo se introduce espejos de distintos colores en forma de prisma.
El movimiento constante permite visualizar diversas figuras de colores intensos, brillantes.
Solo en esa luz se nota la ausencia de los tonos frises y negro.
¿Se deberá a un hecho fortuito?
Tal vez.
Esos matices son parte de mi realidad.
¿Pude elegirla?
No.
Apareció en mi vida después de tu partida que jamás asumiré.
Te necesitaba sano, vital como siempre.
El negro es parte de mi realidad, tiene el color de los abismos ancestrales en los que demasiadas veces caí.
Abismos en donde el terrenal choca con los peores sentimientos.
Grises como las brumas. Indicadoras de la soledad.
No existen caminos que tengan final.
Es difícil atravesarlas son que la impotencia convoque, al llanto.
Tiene principio, no se avizora el final.
Entre brumas aparecen distorsiones insuperables.
Entes no deseados aparecen con el propósito de producirnos temor.
¿Tengo miedos?
Demasiados.
Perturba mis días la incertidumbre de ese encuentro que tanto ansío.
¿Me reconocerás?
¿Tu figura será parecida a la del ayer no lejano?
No acepto el calor de la fragua capaz de convertir a los terrenales en un puñado de cenizas.
¿Trae dolor ese pensamiento?
Sí.
Pese a tener la conciencia de haber cumplido a pie juntillas tu pedido, no puedo asumir que un cuerpo yaciente y bello se haya transformado en el destino que elegiste,
Por más que recuerde al campesino a la orilla del río, encontrado por Lyn Yu Tang cuando arrojaba las cenizas de su esposa a la vertiente de límpidas aguas, ante la pregunta del pensador respecto a su canto, respondió:
“De la nada vino a ella vuelve”.
¿Cuál es la causa que no pueda pensar como aquel?
Es terrorífico para una mamá cumplir el mandato de su hijo amado son detenerse a pensar en las consecuencias.
¿Qué ha sido de tus manos que regalaban caricias por doquier?
¿En que se han convertido tus ojos de caramelo?
¿Puedo tener atisbos de paz?
Nunca, jamás.
Cada pensamiento descontrola la mente.
No puedo ordenarlo.
¿Deseos hacerlo?
Seguramente, no.
Anhelo regresar en el tiempo.
Ver tu imagen acostumbrada.
¿Podríamos llegar a un acuerdo?
Necesito imperiosamente volver a visualizarte como en el ayer no lejano.
Ambos seremos como los espejos de los caleidoscopios reflejando las más bellas imágenes.
Tu propia luminiscencia no necesitará la presencia de los espejos para proyectarlas.
Juntos otra vez.
¡Es bello soñar despierta!
Todo los acontecimientos que logran esboce la mueca de una sonrisa, contiene tu esencia.
¿Faltará demasiado para que se produzca nuestro reencuentro?
Con los sonidos de la cajita musical, siento que llego a tu lado.
¿En qué momento mis utopías se convertirán en realidad?.
Cada día transcurrido.
La espera se transforma en adversidad.
No puedo elegir.
Mientras ella transcurre reitero m pedido acostumbrado, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=M3E2Kzxh-Hw
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