Friday, December 14, 2018
AROMA DE JAZMINES
Delicada y aromática fragancia en esta época del año viste los jardines.
Primorosa blancura en cada pétalo acaricia el alma al evocar recuerdos.
Recuerdos cobrando vida en el instante de verlos acurrucados como pequeños pájaros en el tupido follaje, verde oscuro.
Aún cuando no te gustan las flores cortadas de quien les da vida, solías regalarme esas tan vistosas. Los ramitos envueltos en papel estampado que traía en cada verano compartido.
¿Sabías que la razón te asiste cuando afirmás que las flores cortadas duran menos?
¿Recordás la sonoridad de tu risa clara cuando hacía referencia a la centenaria planta de jardín que estaba en la entrada de su casona centenaria?
Pese a conocer la historia de memoria, insistías a corta edad la repitiera.
¿Rememorás los instantes si aquella le faltaba una palabra o era modificada, sonriendo con tu bella mirada no dudabas en corregirme?
¿Cuántas veces perdí la contabilidad de los relatos repetidos?
Sentías gozo cuando contaba que en mis épocas de estudiante universitaria, años en los que nunca había pensado en tener la bendición de un hijo como vos, había recibido como regalo el que sería mi primer auto.
Era un automóvil chico.
Tu abuelo materno solía manejarlo d en el espacioso garage de tu bisabuela, con el propósito que pudiera sacarlo sin demasiadas maniobras.
Sitio amplio, albergaba varios automóviles.
¿Comprendías mi placer al sentir tu risa?
Imposible no lo hicieras al conocer que al entrar el vehículo en una ocasión calculé mal, atine a frenar cuando quebraba el mármol de la entrada de la casa de tu bisabuela materna.
Ella, nunca se enteró que la menor de sus nietas había provocado una rotura.
Tiempos dedicados al estudio.
Única responsabilidad de aquellos tiempos.
¿Cómo olvidar tu cara de asombro al saber que en otra ocasión el viejo jazmín poblado de flores sufrió una pequeña embestida?
Recuerdos despertando en la memoria dibujan la mueca de una sonrisa.
La sordidez de los otros ocupando el espacio más importante, solo convocan a las lágrimas.
¿No es penoso como dramático no poder situarse en momentos felices?
¿Por qué el transcurso de los años además de experiencia comienza a robarte la alegría?
¿No existen seres en otras dimensiones capaces de comprender el dolor desgarrante de cada madre que tiene la desdicha de perder a un hijo?
¿No es cierto aquello que afirman algunas religiones?
Refiero a quienes señalan a ese ser tan generoso que habita el Reno de los Cielos.
Trazando un paralelismo o interpretando, esas afirmaciones, infiero quien es generoso, da.
Jamás quita.
Esa es una parte de la cultura occidental, por mi no comprendida.
Es una contradicción en si misma.
No tengo intención de realizar análisis dialécticos.
Menos interpretas escritura, para mi gusto demasiado conservadoras.
Temprano al ingresar a un negocio, no pude dejar de alabar la fragancia exquisita de unos jazmines, flotando en un recibiente tan cristalino como el agua que contenía.
Un vendedor tuvo la cortesía de regalarme dos.
Tan hermosos como inmaculados.
Copié la forma de mantenerlos en mi refugio.
¿Por qué éstos no tienen el mismo aroma de los jazmines que traías todas las semanas?
¿Mi vida, existen jazmines en el cielo?.
¿Son similares a los tuyo?
¿Por qué expreso parecidos?
Los tuyos fueron y serán únicos e irrepetibles.
A la innata hermosura de la flor se agrega, tu amor de hijo amado.
Agradecí la cortesía.
Regresé al refugio en silencio absoluto.
¿Cuándo podré recibir nuevamente el agasajo de tus flores, sostenidas por esas manos derrochadoras de tibias caricias?
¿Cronos habrá olvidado mi existencia?
¿Deberé recordarle estar aquí?
Como el Ave Fénix, renazco cada día en el instante preciso de establecer estas conexiones maravillosas que anudan con más fuerza el lazo que nos une.
Poco importa en estos gloriosos, la distancia que sin éxito intenta imponer la eternidad.
Si bien no es igual el aroma de jazmines, ingresa a la memoria.
No encuentra lugar para quedarse.
¿Creés deba explicarle que ese sitio te corresponde?
¿Hoy te he dicho de este amor maternal cada vez más enorme?
Confieso no soportar el agobio de la espera.
A ella estoy condenada.
Mientras planifico estrategias para nuestro próximo reencuentro, vuelvo a pedirte, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=uiSs459wrLM
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