LLUVIA O LÁGRIMAS

Aurora, diosa del amanecer romana se encuentra con Eos, la deidad griega.
La primera es feliz con las luces del alba, capaces de transforman el cielo, con pinceladas rosadas y naranjas.
Eos, en ese mismo instante llorando a uno de sus hijos los cuatro vientos, asciende al cielo.
Dice. la antigua mitología griega que antes de partir, hasta que vuelva el ocaso, su hermana Dafne, será quien se encargue de derramar todo el día a hacia los terrenales con la ayuda inestimable de los rayos de la estrella más grande del universo.
¿Te comenté alguna vez que ese nombre de haber sido niña, hubiera sido el tuyo?
No es extravagante.
Son de mi agrado aquellos que no están de moda y tienen la categoría de originales.
¿Alguna vez te conté que Dafne, nació en siglos pasados el mismo día que vos?
Nada es casual en la vida terrena.
Eos la diosa del crepúsculo o el ocaso.
No puede evitar en su elevación llorar a uno de los cuatro vientos.
Su hijo asesinado.
Nadie puede conformar a esa mamá.
En cada ocaso viste las flores con delicadas gotas, semejantes al rocío, vertiendo en cada pétalo perlas transparentes.
¿Sabías que elijo los días lluviosos, son ,,is preferidos para caminar?
Nadie pueden deducir si mi cara húmeda obedece al rigor de una tormenta o son las lágrimas derramadas, desde tu ausencia.
Ausencia qye una madre jamás asumirá mientras posea un halito de vida.
¿Cuál es la manera correcta para entender que un hijo querido está muerto?
Hasta el momento no pueden encontrar a ninguna madre capaz de asimilar semejante crueldad y carencia.
No es fácil recorrer caminos sinuosos del alma ante semejantes circunstancias.
¿Puedo parecerme a Eos?
No, de ningún modo.
Ella a perdido a uno de los cuatro vientos.
En mi casi puntual solo te he extraño a vos.
¿Viento?
Quizás pueda compararte con ellos.
Sos la única persona capaz de cambiar paradigmas establecidos.
Jamás lo haré.
Nunca me he llevado bien con ciertas normas.
Algunos terrenales las aceptan como si fuera obligatorio.
Nunca aceptaré tener a mi hijo engendrado para vivir que esté muerto,
¿Por qué debería hacerlo si vive en cada célula de mi ser?
¡Señores, no soy Aurora ni Eos!.
Es verdad que a diario despierto llamándote.
Recibo el golpe de la realidad más abyecta.
Nadie Resende a tantos interrogantes.
Seres venerados por una cantidad incontable de terrenales,
¿Tienen temor de responderle a una madre que ama a su hijo más que a nada en cualquier mundo?
Las excusas carecen de validez.
¿No han comprendido, no pueden sostenerse en el tiempo?
Mi tesoro, hoy he caminado bajo una lluvia copiosa.
No era Eos intentando convertir sus lágrimas en cristalinas gotas cayendo del firmamento.
Tengo la certeza que se trató de todas as lágrimas derramadas por las mamás que atraviesan circunstancias similares a las mías..
Detuve mi marcha en un banco de piedra.
Deseaba llorarte sin testigos preguntando ¿Señora puedo ayudarla?
Nadie podrá trae sosiego a la angustia y agobio que significa tu partida temprana.
No existe pañuelo capaz de secar mis lágrimas.
No en un alma desgarrada por el dolor que se acrecienta, a diario.
¿Esos que se proclaman sabios, no conocen de la desdicha de esta mamá?
¿Cuál es el idioma en el que podría expresarme?
Mi tiempo es más valioso que el vuestro.
Lo dedico a mi hijo adorado.
¿Ustedes pueden reflejar lo mismo?
La lluvia se ha disipado.
Mis lágrimas se perdieron en los pensamientos.
Mi tesoro, sabes que te amo de manera imposible de dimensionar.
Imploro tengas un poco más de paciencia.
Prometo llegar a vos, antes que aparezca el olvido.
¿Será verdad que Nemosine, la diosa de la memoria, borra la de los seres yacientes.
Quiero creer, se trata de una afirmación errónea.
¿Serías capaz de reconocerme?
Hijo de mis entrañas, por favor no olvides cuanto te quiere tu mamá.


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