Thursday, May 02, 2019
ALUCINANTES
Es una tarea titánica intentar direccional los pensamientos.
Sobre todo cuando aquel que es único refiere al ser que más se ama en el mundo.
Te pienso y lloro en forma constante.
El paso del tiempo ahonda la ausencia.
Intentaré me acompañes a un enclave en el que estimo podré distenderme, gozando de tu compañía.
Para ello solo deberé cerrar los ojos.
¿Podrías acompañarme en estos delirios?
Nuestro transporte será la imaginación?
¿Puedo convertirme en tu guía?
El destino será la campiña holandesa.
Espacio a esta altura del año donde la primavera estalla con fragancias que tornan alucinantes los paisajes.
En la siguiente curva de este sendero fascinante, después de atravesar lujosas mansiones, nos encontraremos con una distante y solitaria.
Ello no la transforma en menos hermosa.
Para atravesar los amplios jardines es necesario cruzar un antiguo portón de rejas negras.
¿Podríamos jugar a las adivinanzas mientras caminamos?
La belleza de tu mirada profunda es la mejor caricia que recibe mi alma.
La tibieza de tus manos, un sueño largamente esperado.
¿Este momento inolvidable será una señal de nuestro reencuentro?
Sigamos caminando.
Maravillados observamos los cuidados canteros de flores relucientes.
La amplitud de tu sonrisa me dice que te has dado cuenta a quien pertenece la vivienda.
Has observado que en el pequeño espacio que antecede a la puerta de dos hojas de la entrada principal, se encuentra un atril, pomos de pintura y una paleta mostrando su uso continuo.
¿Dónde estamos?
Sí, mi cielo, en la entrada de la mansión de uno de mis pintores favoritos.
El maestro Vincent Van Gogh.
Conocido en todo el mundo por la obra que dejara como legado.
Instructor de otros famosos de la era romántica.
Un hombre atribulado, solitario.
En ocasiones parecía huraño.
Nada de eso.
Un ser que amaba con intensidad a una adolescente que no podía mirarlo como a un hombre, sino como al profesor de pintura.
Vicent callaba su amor desesperado para protegerla.
Cada clase era una tortura.
Deseaba tenerla.
La diferencia de edad en aquel entonces era un sacrilegio.
Cuando ella terminaba la clase, el calmaba sus ansias entregándose a las engañosas percepciones proporcionadas por el alcohol.
Los arrebatos propios de quien ve que el amor solo es un delirio, generaba trazos de colores demasiado fuertes.
Esas telas como tantas otras solo eran conocidas por su entorno.
Con el propósito de no alejarse de su amor en silencio, pocas veces viajaba a Francia para ver a su hermano Theo.
No quería compartir su calvario con nadie.
¿Cuál es la causa por la que los seres atormentados no deseamos compartir el dolor con nadie?
¿Es una actitud egoísta?
No.
Las tristezas que no se pueden dimensionar están alojadas en el fondo de nuestras almas.
El que nos conoce nos invita a contar nuestras vivencias.
No es posible.
Por un lado no deseamos compartir aquello que solo nos pertenece a cada uno de los sufrientes humanos.
Por otra parte intentamos proteger a quienes nos brindan compañía, alejados del padecimiento.
¿Por qué?
No tenemos derecho a entristecer a terceros.
La joven discípula del artista, dejó de concurrir a sus clases cuando percibió en la mirada los sentimientos de ese hombre, que siempre la trataba con sumo respeto.
En ese instante Vicent se sintió aterrado.
No quería perderla.
Se conformaba con tenerla cerca.
Preso de pensamientos alucinantes intenta plasmar en la tela a la bella joven.
La viste de color púrpura.
Tono que resaltaría con las hebras iguales a las mieses de trigo de la muchacha.
Comienza a delinear el rostro.
No tiene mayores problemas con las facciones.
No debe ser difícil pintar a una bella fémina.
Llega el momento de dibujar la mirada de la jovencita.
Suspende la pintura.
Luego de haber bebido de manera abundante, se comunica mediante una carta con su hermano.
Le pide ayuda para concluir el cuadro.
Theo no se dedica a los cuadros.
Perplejo lee la pregunta de Vincent
¿Dime hermano como se pinta el desprecio?
¿Qué contestar en esas circunstancias?
Carece de respuesta.
Decide viajar a ver a su hermano.
Al llegar lo encuentra ebrio.
Trata sin éxito de sacar a su hermano de ese mundo delirante,
Lo invita a París,.
Desea que pasen una temporada juntos esperando la llegada del primer vástago de Theo.
Lejos de animar a su hermano, Vincent, desesperado sigue bebiendo.
Nada le importa.
En un momento se ausenta hacia otro aposento.
El filoso cuchillo será el arma que le arranque una de sus orejas.
Theo sube la escalinata, salteando peldaños.
Al ingresar a la habitación el artista yace en el piso desangrado.
¿Por qué la muerte siempre es una tragedia de la que no se regresa?
¿Cuántas vidas han partido al no poder soportar la ausencia de un ser querido?
La casa del artista se ha convertido en museo.
El cuidador nos deja ingresar, l hacemos asidos de la mano.
Puedo gritar al mundo que la felicidad ha regresado a mi lado por un tiempo desconocido.
Tu mirada se dirige hacia u cuadro.
El cuelo posee, soles circulares.
En la tierra una iglesia de color negro, apenas perceptible.
Cuentan que allí el artista utilizando la religión protestante, le pedía a su dios se lo levara.
Quería concluir con el martirio de despertar cada día.
¿Será por su ora o por su personalidad mortificada que muchas veces mis relatos se asocian con esa figura brillante?
¿Por qué lo admiro tanto?
En otras ocasiones escribí sobre él.
Estabas con vida a mi lado.
Hoy que el tiempo transcurre inexorable, solo puedo acercarme a vos, pensándote siempre.
Solo quienes hemos tenidos pérdidas carentes de explicación podemos dimensionar los sentimientos más íntimos de un grande.
El resto de los terrenales sin dudas lo admira por su obra.
¿Has disfrutado este paseo?
¿Son de tu agrado las historias de los exponentes de otra época?
¿Cuándo estaremos de una vez juntos para escribir fragmentos de nuestra vida compartida?
¿Cuándo se reiterarán instantes maravillosos como estos?
¿Por qué no puedo cerrar los ojos eternamente?
No es mi deseo abrirlos.
¿Cuál es la causa para que arribe sin pedir permiso, el padecimiento de no tenerte a mi lado?
¿Sabías que no es suficiente, solo pensarte?
Quiero recorrer las líneas de tu rostro.
Mirarte en silencio como antes.
Darte un beso.
La mochila está repleta de ellos.
Todos y cada uno son de tu exclusiva pertenencia.
¿Comprendés que es demasiado el tiempo que llevo sin verte corporizado caminando junto a mí?
¿Conocen mis carceleros que la palabra comprensión es aquella que me hace falta?
No quiero que sean piadosos.
¿Es mucho pedir alguna vez sean justos?
¿Cómo evitar las lágrimas que llegarán en el momento que abra los ojos y a mi alrededor no esté mi hijo?
¿Hasta cuando durará la vertiente que alimenta el llanto?
Tesoro de mi alma, en todo este trayecto que realizamos, no te dije que sos lo más importante de mi existencia.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=heC42bq0wUs
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