CONVERGENCIA

El amor inconmensurable existente entre un hijo y su mamá es capaz de generar una comunión de ideas que la distancia no puede quebrantar.
En ese segundo donde convergen los sueños aparece la admiración de uno hacia otro.
Existe convergencia entre las olas y el mar.
Están unidos desde las entrañas del océano.
Punto donde en ocasiones la profundidad no se puede medir.
Al llegar a la costa no se separan.
Convergen se abrazan.
Las caricias se repiten cada vez que una ola muere en la playa dejando ondas de espuma que cuando aparezcan otras en esa danza interminable se borrarán para luego se produzca nuevamente esa perfecta convergencia que estremece al observar tal grado de perfección.
¿Cuándo comienza la convergencia de nuestro sentir?
Sin dudarlo desde los primeros minutos de tu vida.
Con tu pequeño dedo intentando sostenerse al mío para no separarnos nunca más, nació ese punto imaginario donde las primigenias ideas comienzan a unirse, creciendo cada día, hasta que algún ente caprichoso decida lo contrario, haciendo abuso de la arbitrariedad de aquellos que ostentan un poco de poder.
Puedo afirmar sin temor a equivocarme, aún cuando no soy infalible, que ambos pensamos que la unión de coincidencias no desaparecía jamás.
La realidad señala que el nunca tiene determinada duración en el tiempo.
El tuyo fue limitado.
Hasta la fecha no encontré una explicación fundada en la razón para comprender o aceptar tu partida.
¿Por qué fue tan abrupta?
¿Quién goza del desamparo de una madre al ver que su tesoro ya no está?
¿Por qué no nos entrenan para la muerte, tal como hacen con el día a día de la existencia?
¿Radica el motivo en llevarnos a pensar que la muerte es solo el final y no hay nada más?
¿Por qué algunos terrenales al borde del fanatismo gritan sus creencias al mundo?
¿Cuál es la razón para imponer la existencia de seres supremos que todo lo pueden?
¿Acaso los han visto en alguna ocasión?
¿Cuál es el aspecto de esas divinidades?
¿Existe alguien con argumentos sostenibles el tiempo capaz de poder explicar la existencia de algo que nadie ha visto?
¿Será ese camino carente de luminosidad el que trae a mi mente tantas tribulaciones?
Pertenezco al grupo de terráqueos que para creer en la existencia de algo por lo menos debe haber percibido ese tipo de presencias.
Cuando el dolor más intenso que existe nos toma como presa, comenzamos a desmenuzar todo aquello que nos transmitieron desde la más tierna infancia.
En la lectura de temáticas que desarrolla la teología buscamos respuesta a cada una de nuestras dudas.
¿Ello significa que en algún momento recuperaremos la fe?
De ninguna manera.
Es como leer episodios históricos contados por autores diferentes.
No serán imparciales a la hora de reconstruir el pasado.
Cada uno agregará algo de sus pensamientos, de esa forma se desdibuja aquello que debe contar.
¿Pude encontrar en la filosofía respuesta a mis inquietudes?
Lamentablemente, no.
Así podría seguir enumerando todos los temas que apasionan a quienes como yo, están en la búsqueda de despejar el camino de las vacilaciones.
No juzgo a quienes sostienen sus creencias.
No me gustaría lo hicieran conmigo.
En ello consiste la libertad de pensamiento.
A diario, cuando establezco estos contactos fascinantes con el ser que más amo en Edmundo, suelo pedir me ayude a dilucidar aquello que parece no ser aceptado por quienes piensan diferente y no aceptan al otro si no es literalmente igual.
Hijo necesito derrames tu luminosidad para despejar estas fluctuaciones de pensamiento, aparecidas después de tu partida temprana.
¿Recuperaré las viejas creencias transmitidas de boca en boca?
No creo.
Aún cuando hiciera uso de la voluntad, al contar con otras vivencias tan traumáticas, se aprende a mirar todo desde otro lugar.
¿No es correcto pensar de esta manera tan singular?
¿Quién puede arrogarse de señalar la diferencia entre el bien o el mal?
No hago referencia a los sucesos horrorosos que a veces conocemos.
Solo es una alusión a todo lo referente al intelecto.
¿Quién con autoridad puede indicar que el otro terrenal tiene percepciones alejadas de la realidad?
En el campo de la mente y sentimientos todo es posible.
¿No puede suceder que quien critica esté errado en sus apreciaciones?
La verdad es subjetiva, la diversidad de pensamientos también.
Hijo anoche recordaba cuando visitábamos paisajes montañosos.
Era difícil calcular la altura de los picos que se destacaba en esas cadenas tan cercanas a la atmósfera.
No he regresado a esos enclaves.
Sería espantoso caminarlos sin tu compañía.
¿Sirve autoflagelarse?
No.
En multiplicidad de ocasiones quise ser como un pico de la cordillera.
Ese tipo de convergencia nos acercaría un poco más.
Estás en algún punto con demasiada altitud o tan profundo como las fosas marinas a las que no se puede acceder?
¿Cuándo conoceré el espacio en el que estás?
¿Puedo pensar existís más allá de la muerte?
¿Cómo son esos enclaves, vedados a la vista de los terrenales?
¿Cuál es la razón que imposibilita veamos aquello a lo que no se puede acceder?
¿Tenés otro hábitat?
¿Cuándo podré visitarlo?
¿Te encontraré?
¿Podrás reconocer a esta madre que hoy suplica tener la probabilidad de darte un beso?
¿Por qué se me es negada la posibilidad de confundirnos en un abrazo?
¿En ese sitio misterioso hay espacio para mí?
¿Podrías averiguar la fecha de mi viaje final?
¿Es de tu conocimiento?
¿A que se debe tanta tortura insensata?
¿Por qué nadie se atreve a señalar el error supuestamente cometido por mí?
¿Qué hice mal?
¿No están cansados mis carceleros?
Tesoro de mi alma, como podés observar navego en un mar de enigmas.
Fortalece mi estadía aquí cuando tengo la suerte de recibir tu luz.
Sigamos sosteniendo nuestras convergencias.
Ello me permite seguir sin conocer para qué.
Te amo más que siempre, ello me incita a pedirte que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=7wfYIMyS_dI