INVERNAL

Buenos días artífice de mis sueños.
Hoy comienza una estación que marca un antes y después en nuestras realidades.
Invierno.
Estación dejara de existir desde tu ausencia.
Arribaste en primavera.
Época del renacimiento de las flores, los brotes que significan vida.
Alegría que se pierde por mandato del destino o como se denomine.
Partiste una gélida mañana invernal.
Tus ojos se habían cerrado en la madrugada.
No obstante en ese tiempo pudiste recordarme.
¿Cómo?
Pronunciando las palabras más bellas que escuché durante mi existencia.
Atrapado en los brazos de la muerte inminente de madrugada, cuando el silencio hace escuchar su sonoridad aterradora dijiste en qué lugar estaba tu domicilio.
Con el alma desgarrada, observaba cada uno de tus intentos por flexionar las piernas.
No podías.
El rigor mortis, había comenzado a endurecerlas.
Moles de pesadas rocas que solo quedaban quietas, ante las caricias que te prodigaba para que no intentaras fallidos antes del fin menos esperado.
Puedo asegurar que he presenciado muchos seres queridos en el proceso de despedida de la realidad terrena.
¿Son todas iguales?
No.
Aún recuerdo la escena terrorífica del cierre del ataúd de una de las personas a la que admirabas y te amo como pocos.
En circunstancias tan dolorosas, no me parece dejar en soledad absoluta a los muertos.
Los tanatólogos le piden a los familiares esperen en otra sala el cierre que impedirá ver el rostro exánime de nuestros seres amados.
¿Por qué debería obedecerlos?
¿Cómo dejar solos a los seres inmóviles que amamos solo en compañía de la muerte?
Es muy probable que mis acciones sean criticadas por los que levantan crucifijos en nombre de su dios.
¿Desean conocer mi opinión?
No considero relevantes los criterios diferentes a los míos.
Soy libre.
En nombre de ese tesoro invalorable, nunca he dejado solo a los muertos.
Ello me lleva a pensar en tareas poco nobles.
¿Cuándo finalizará el manoseo a los muertos?
No me lo contó nadie proveniente del mundo de la fantasía.
La ridiculez cercana a la blasfemia surge en el momento de observar la barbarie a los que son sometidos los seres que han perdido la vida.
¿Es absolutamente necesario se lleven a cabo ciertas prácticas?
Aterrada, horrorizada escuche el ruido del quiebre del cuello de un ser amado para acomodarlo en el ataúd.
¿Por qué se convierten en bestias?
No debería insultar a los animales.
Ellos cuidan con fiereza a sus crías.
Las defienden más allá de la muerte.
¿No tienen vergüenza?
¿Conocen el dolor que pudieran sentir los seres sin vida?
¿Esa barbarie bestial está contenida en los dogmas de la religión que profesan?
¿Hasta cuándo se permitirán actitudes bárbaras?
¿Es absolutamente necesario someter a quien no puede defenderse a semejante brutalidad?
Deseo salir de estas conclusiones que perforan mi alma.
¿Podrías ayudarme?
En el ayer, no puedo escribir no lejano, disfrutábamos del invierno.
En pocas horas abordando pájaros plateados de corazón rugiente, llegábamos a los sitios d nuestro país donde las nieves son eternas.
En alguna oportunidad procedimos a dejar huellas de nuestros pasos por esos lugares.
¿Cómo?
Juntando la nieve para conformar la figura de muñecos.
Afortunadamente nuestra patria posee los cuatro climas.
En el sur, los cerros nevados reflejan sus figuras en las aguas, de un espejo de agua tan azul, como quieta.
Todos esos detalles que suman belleza a la belleza, pierden su esencia cuando recuerdo tu partida.
Te fuiste una mañana gélida fe agosto.
El sol otorgaba luminiscencia diferente a las ramas desnudas de los árboles.
¿Sufriste en el paso de la vida a la muerte?
Puedo aseverar sin exagerar que tu rostro estaba tranquilo.
Tu cuerpo todo, antes pálido, mostrabas, un tono rosado parecido al de los bebés recién nacidos.
Lo conté muchas veces.
Quise capturar esa hermosura próxima a dejar suelo terreno en una foto.
¡Estúpida!
Puede reaccionar a tiempo.
¿Cómo seria capaz de vulnerar la etapa de tu último viaje.
El raciocinio perdido, apareció un solo instante.
Una pincelada fugaz de cordura, indicó no debía fotografiarte.
La inmobilidad de tu cuerpo yaciente solo era nuestra.
¿Cómo pude pensar en vulnerar tu imagen?
Hoy me perturba esa acción que no se concretó.
¿Por qué el intento?
No lo sé.
Tal vez mostrar al mundo terreno que más allá de la muerte, le belleza perdura.
¿Cómo yo, pensás que al llamar a cada episodio por su verdadero nombre, es aceptar no estás más a mi lado corporizado?
No poseo respuestas para semejante enigma.
No quiero tener un hijo muerto.
¿Qué hice mal para merecerlo?
¿No fue suficiente el amor que nos prodigamos?
¿Por qué me llevaron a caminar el sendero del desamparo?
¿No fueron capaces de advertir la inmensidad de nuestro amor incondicional?
¿Por qué decidieron separarte de mi lado?
¿Pueden cuantificar el delirio en el que estoy inmersa?
No quiero piedad ni conmiseración.
Solo razonamiento.
¿Para que me dejaron en suelo terreno?
¿Disfrutan con este sometimiento a la soledad tan ridículo?
¿Han tenido el delirio de cambiar mis ideas?
¿Cómo se atreven?
¿Tienen hijos muertos?
¿Cómo cargar una mochila tan incomprensible?
¿Qué beneficio obtuvieron con la muerte del ser que más amo en ésta y otras vidas?
¿Sientes gozo ante el padecimiento?
¡Obtusos!
¿Pensaron en sus estadíos etílicos, doblegarme?
¿No han tomado en cuenta que mi fortaleza es otorgada por mi descendiente?
Hijito siempre serás mi mayor tesoro.
No temas.
Jamás cesaré en la concreción de nuestro reencuentro.
Solo te pido un poco más de paciencia.
Llegaré.
¿Adónde?
Al mundo donde se supone están los muertos.
¿Temo a lo desconocido¿
De ninguna manera.
Creo en tu sabiduría.
Tu luz, será quien me guíe por el sendero correcto.
Necesito darte un beso.
Es demasiado el tiempo de ausencia.
El frío invernal, no podrá con la calidez de mis sentimientos.
Sabés, sos el dueño de mis sueños.
El amor incondicional que me sostiene.
¿Tiene sentido, extender mi permanencia en este enclave?
¡Te necesito!
¡Te extraño!
Repito mi petición diaria, pensando en la cristalización de mi más grade utopía.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=T-O1RNM4GkQ