Saturday, June 29, 2019

LLUVIA




Hoy no puedo, saludarte con un buenos días, hace cuarenta y seis meses a esta hora, tuve que cumplir el peor de los mandatos al que es sometida una madre a quien menos de veinticuatro horas antes vio a su hijo entregarse dócilmente a la muerte demasiado prematura.
Lo he contado muchas veces.
En esos momentos aciagos recuperaste la belleza y paz en tu rostro.
El fin devolvió a tu cuerpo el color rosado de los niños recién nacidos.
¿Nacías a otra vida insondable?
¿Por qué no puedo conocerla?
El día de la fecha solo se parece al de hace mil cuatrocientos días solo en la fecha que dan los calendarios.
A diferencia de hoy en que los recuerdos no dudan en propinarle latigazos al alma para exponer sus heridas abiertas, que no cerrarán nunca, fue un día soleado.
Demasiado frío.
En esta latitud los inviernos no duran demasiado.
¿Será la causa el tan mencionado calentamiento global?
¿Qué hace el hombre para preservar su casa hasta que muera?
Refiero a Gea, la tierra.
No deja de maltratarla en pos de su mezquindad.
¿Hacia dónde dirigen sus pasos los humanos que todo desprecian?
¿Habrán sacado para el futuro pasaje hacia el, satélite de la tierra?
¿Quién les enseñó a ser tan ingratos?
¿Sabrán que con su proceder tan cercano a la ignorancia nos dejan a todos en un suelo perverso?
¿Tesoro de mis entrañas, vos que tenés acceso a los espacios no visibles al ojo humano, podrías decirme en que sitio reside tanto destrato.
Nunca pude comprender a las personas con escasa capacidad de intelecto.
Son torpes.
No intentan mejorar la especia.
Están en contra de todos.
Cuando llega el momento para que puedan fundamentar sus caprichos de talibanes, excusan la respuesta.
Hoy hace cuarenta y seis meses debía reconocer tu cuerpo yaciente.
Los terrenales sin ningún escrúpulo nos someten a esa tortura.
¿Es absolutamente necesario?
No han llegado a comprender la brutalidad de ese acto?
¿Qué más hace falta para reconocer la muerte de un hijo?
Desde entonces tengo un nuevo dilema.
No estaba sola en ese crucial momento.
Me acompañaba tu prima y uno de tus hermanos de la vida quien rompió en llanto al verte dentro de una funda mortuoria de plástico.
¿Hasta cuando seguirán manipulando a los seres sin vida?
Dan asco.
Hijito, nunca lo dije hasta el momento,
Soy demasiado observadora de los detalles.
No afirmaré absolutamente nada.
Solo quiero aparezcas en mis sueños para aclarar los pensamientos que me atormentan.
Te ví morir.
Tu aspecto no tenía signos del padecimiento al que habías sido sometido.
Tu muerte al día siguiente, no era la misma.
Más allá de la temperatura a punto de congelación, que pude sentir en mis labios al despedirte, me pareció ver en tu rostro amado signos de sufrimiento que no tenías el día de tu muerte.
No soy dueña de verdades absolutas y lejos estoy de pretenderlo.
Solo me perturba saber si no sentías nada en el momento que tu cuerpo fue introducido en la
Heladera de la morgue.
¿No es una locura preguntarlo?
Solo vos poseés la respuesta para calmar el sangrado de mi alma.
¿Te hicieron sufrir esos mortales tan indiferentes?
Ruego aparezcas en mis sueños para clarificar estas vacilaciones?
Hoy que no deja de llorar el cielo, quiero hablarte del dios Marna.
Deidad de Gaza, a quien se le atribuyen ser el generador de las lluvias y la fertilidad de las semillas.
Su templo fue preso del fuego por indicación de Porfirio, cuatrocientos años antes de la era cristiana.
Su imagen aparece en las monedas arquimédicas de aquella época.
¿Por qué lo traigo a esta conexión fantástica que nos permite acercarnos, un poco más?
Desde las primeras del albur la lluvia no deja de desparramar sus gotas.
El cielo plomizo ahonda los recuerdos.
¿Serán las lágrimas de Eos, madre de los cuatro vientos quien una vez más llora la muerte de su hijo?
¿Quieren saber por qué la menciono, en estos juegos de letras?
¿Cómo no identificarme, con uma mujer que llora idénticos sentimientos a los míos?
Es verdad.
Solo podrán comprender la dimensión exacta de mis palabras, aquellas mujeres a las que la muerte les arreebató, la mejor de sus obras.
¡Nada más ni nada menos que el hijo de sus entrañas!
¿Es posible seguir con semejante daño?
No.
Apenas se sobrevive.
De mujeres con sentimiento pasamos a revistar en la categoría de féminas robotizadas.
Despertamos con las lágrimas rodando por nuestros rostros, recordando al hijo que nos enfrentó con la peor de las ausencias.
¿Se puede continuar con una vida normal?
No.
Son los discapacitadas que tienen que desplazarse con las muletas que sostienen los recuerdos.
¿Es sano seguir en la vida terrena?
No, es una actitud mezquina que muestra la maldad del hombre que se cree poderoso sin saber que solo llega a ignorante.
¿Por qué me eligieron a mi?
¿No advirtieron que nada podrá separarme del ser que más amé en el mundo?
¿Ustedes generan cariño o rechazo?
¿Ello los lleva a ser tan insolentes con los sentimientos de los más vulnerables?
¿Creyeron encontrar en mí a un ser entregado?
¡Incautos!
¡Jamás podrán doblegarme!
¿Quién me sostiene?
Mi hijo al desplegar sus alas con la intención de amortiguar el peor de los golpes.
Nunca, jamás cesaré en mi búsqueda.
¿Puedo decirles algo?
¡No les temo a Ustedes ni a nadie!
Comparto con el ser que más amo en la vida diferente momentos.
Cargados de la intensidad del amor incondicional que nos une más allá de los tiempos eternos.
Alegorías poco sostenibles cuando intenta quebrar a una mamá.
No tengo garras para defenderme.
No necesito de ellas para gritarles que jamás aprobaré pretendan subestimar mi intelecto.
¿Por qué?
Es mi descendiente quien me da energía para seguir en suelo terreno.
¿Para qué?
Carezco de esa respuesta.
Solo puedo esgrimir como defensa ante el enemigo incapaz de mostrar la cara, que mi jyego es limpio.
¿Han soñado en sus etapas oníricas con la probabilidad de doblegarme?
¡No pierdan su tiempo!
El dueño de las siete letras más hermosas de todos los enclaves, letras que conforman su nombre me sostiene!
¿Son tan mercenarios como para enfrentarse a un ser que solo puede enarbolar su luz permanente?
¿Alguna vez tuvieron descendencia?
¿Se han visto en la necesidad de despedirlos?
¿Han pensado en la probabilidad que los muertos puedan reaccionar ante el daño al que han sido sometidos?
¿De verdad se creen impunes?
¿Qué sentimientos inspiran desde la oscuridad?
Me eximo de dar la respuesta.
Nunca mis textos fueron groseros.
Tampoco serán ahora.
Solo puedo hacerles llegar un comentario.
Ni aún perdiendo la vida, podrán quebrar el amor que mi hijo y quien escribe nos tenemos.
Lamentablemente, los seres opacos, poco representar.
¡Es cierto!
Me arrebataron a mi descendiente.
Tenía multiplicidad de proyectos que con liviandad truncaron.
Las piedras en el sendero me trae, fortaleza.
Con mi hijo somos mucho más que dos luchando con los imberbes.
¿Espero algo de Ustedes?
He de ser sincera para responder con un no rotundo.
Mi cielo adorado, no te preocupes por el tenor de mis letras.
El Quijote luchaba con los molinos de viento para encontrar a su amor de toda la vida.
En mi trayecto9 no hay obstáculos.
El día a perseguir solo es uno.
Encontrarme con vos para poder darte un beso.
¿Abreviaré el tiempo de espera para que llegue la muerte?
De ninguna manera.
Pese a que lo deseo cada mañana, tu luz me provee de fuerzas para seguir en este mundo tan adverso.
Te amo con más intensidad que ayer, por ello te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=08h8c1EG7Fs

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