IM BOSQUE SOLITARIO

La encuentro caminando sin rumbo es en ese instante en que decido seguirla.
La tristeza de su mirada me invita a ello.
Hace mucho tiempo que no veía en mi camino una mujer tan angustiada.
Me interesa conocer el motivo de su rostro acongojado.
La luz es tenue pese a que el sol brilla en lo alto,
La estrella mayor del universo es incapaz de iluminar con sus destellos dorados el camino elegido por esa mujer tan singular.
La sigo a prudencial distancia, no es mi deseo interrumpir el eje de sus pensamientos.
La soledad que la viste conmueve hasta las piedras qye han detenido el cauce del río para que aquel con su canto que las desgasta n interrumpa el camino incierto de una mujer sola.
Puedo observar que en las manos lleva una especie de libreta de color verde oscuro con letras doradas.
La curiosidad logra que me acerque un poco más cuidando que ella no me vea.
No tardaré en adivinar que en sus manos porta un pasaporte.
Extraño.
No se necesita de se pasaporte para pasear por el bosque que hoy tiene un clima especial, tan silencioso que logra el corazón con sus latidos precipite su ritmo acompasado.
Ella no ha reparado en mi presencia tampoco es mi objetivo que al darse vuelta con el sonido de las hojas secas que crubren el suelo pueda verme.
Ha recorrido un largo trecho.
A simple vista podría afirmar que no escucha la melodía de los pájaros que a su paso trinan vigorosos.
Del interior de su saco saca un fino pañuelo, entiendo que quiere secar las lágrimas que incesantes ruedan por su rostro mostrando el desconsuelo.
Está llegando a la orilla del lago azul, a sy vera garzas y cisnes asemejan estatuas.
No temo al pensar que pueda internarse en las aguas.
Pareciera una mujer vencida por el dolor sin embargo pese a mis suposiciones ella trata de caminar erguida,
La imagen devuelve a quien la mira a una mujer de apariencia frágil y a la vez fuerte.
Fortaleza que le permite seguir caminado.
Noto que su figura está rodeada por un aura de colores suaves.
Jamás había visto algo tan diferente estudiando el comportamiento de las personas.
Pasará un tiempo para que ella misma pueda transmitir el motivo de tanta congoja.
Hace un rato largo que camina, pareciera no estar cansada.
Mi objetivo es seguirla para poder adivinar el motivo del dolor que trasunta su rostro.
Me detengo en el preciso instante que la mujer desconocida busca refugio en un árbol singular.
Una especie que solo existe en algunos bosques.
El tiempo ha tallado en el tronco el rostro de otra mujer sin edad.
AIDI parece salido de un cuento.
El lugar, el sonido de la melodía de los pájaros escondidos entre las ramas de árboles añosos.
Ante el árbol con ristro de mujer le contará una historia que desfaja el corazón del ser humano más fuerte.
Tomo precauciones para que no me vea.
Mi posición es estratégica, estoy tan cerca que puedo escuchar su voz quebrada por el llanto nacido en las profundidades de una mujer que ha sufrido una gran pérdida.
Puedo oírla.
Siento dolor cuando le cuenta a esa exótica especie que solo habita en ciertos paisajes, que su tristeza tiene un solo motivo.
El destno quiso llevarse como presa preciada a su hijo amado.
Cuenta todos los detalles de tan triste e inesperado evento.
El árbol toma vida, es ptra mujer que en parecidas circunstancias decidió no vivir .
Ke cuenta que no puedse explicarle cual fue la forma para convertirse en un árbol de características especiales, tampoco puede precisar cuando ocurrió semejante transformación.
Le pide que siga el camino de la vida que ese Ser Superior en quien cree aún cuando no lo haya visto corresponde a señales del destino que todos traemos al nacer.
Intenta otorgarle fuerzas para que siga de pie y no se sumerja en el abismo brumoso que trae un dolor muy grande que es difícil explicar con plabras que sean entendidas por el resto de los terrenales.
Es increíble como ese árbol tan singular extiende sus ramas para conformar un abrazo-
Ella emprende el regreso.
Pareciera haber conseguido en ese bosque encantado un poco de paz para su alma derrumbada.
Ka naturaleza con algo de magia realizó su trabajo, el resto depende del esfuerzo de esa mujer abatida por un dolor que no se puede dimensionar.
No intentaré interrumpir sus lágrimas, pude ver que en las manos llevaba el pasaporte de su hijo amado, único documento de su amor filial.
Mientras camina puedo escuchar que musita como si fuera una letanía una frase muy corta.
Entiendo que va dirigida al ser que le dio vida, a ese chiquillo le ruega que nunca, bajo ninguna circunstancia olvide cuanto lo quiere su mamá.

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