Monday, December 26, 2016

ME MIRAS DESDE EL CIELO





Los pájaros madrugadores se posan en el dintel de la ventana de mi dormitorio, son inteligentes si demoro más de lo acostumbrado con su aleteo golpean el cristal del ventanal.
Ellos pese a ser tan pequeños entonan con sus trinos suaves melodías.
Conocen mi costumbre de bajar a la playa cuando el cielo comienza a clarear.
Saben que me gusta observar los colores del cielo al amanecer.
Una pantalla gigante me muestra los matices del alba.
Introduzco la llave en la cerradura con cuidado, no quiero que nadie se despierte intentando acompañarme.
Quiero disfrutar de esos espacios de soledad que me permiten establecer una conexión con vos qye pocos entenderían si tratara de explicarla con palabras.
A esa hora la playa está absolutamente solitaria.
Siento placer al observar la esfera celeste y sus cambios de tonalidad.
Infinidad de veces me he preguntado qué se encuentra del otro lado del mar.
Justo en el puno donde las aguas parecieran unirse con el cielo.
Es posible que haya otras islas,
Prefiero pensar que en el lejano horizonte esa línea imaginaria no existe, que es el nacimiento del cielo que se convirtió en tu nueva casa cuando los caprichos misteriosos de destino te arrebataron de mi lado sin saber que mientras tenga vida tu alma está prendida a la mía más allá de la eternidad.
Las figuras que se forman en el espacio celeste son imponentes.
Los colores del alba son los que desearía pintar en la tela el más excelso artista de la pintura.
Es majestuoso, yanto que sin querer aparecen las primeras lágrimas.
Nunca he estado cerca de Dios, las maravillas de la naturaleza me levan a pensar que estoy más cerca de lo que piensa la mente humana.
Es posible que no lo vea pero siento su presencia en la inmensidad igual que la tuya que no duda en sostenerme cuando más lo necesito.
Mientras me dedico a la observación, pasan por el lugar dos jóvenes arrastrando un recipiente para levantar los restos de desperdicios que horas antes depositó en las doradas arenas, la desidia de ciertos turistas que no dudan en sepultar debajo de aquellas desde colillas de cigarrillos o botellas de gaseosas.
Esos muchachos saben buscar dónde están aquello que los turistas pretendieron esconder sin pensar que somos muchos más quienes cuidamos el medio ambiente que los otros pretenden ocultar.
La temperatura es ideal, no hay viento, el mar parece un enorme lago de aguas tranquilas,
No extraño las olas cuya cresta inmaculada muere en las playas.
Mi objetivo es otro, mirar el cielo pues sé que allí estás vos mirando cada reacción de tu mamá.
Tus ojos eran tan hermosos que no me parece extraño que me miren desde el Paraíso.
La intensidad de tu mirada me estremece como siempre.
Lamento que la distancia que no se puede dimensionar me impida establecer nuestras conversaciones con solo mirarnos a los ojos.
Te siento a mi lado esperando que el Sol comience a emerger desde las profundidades abismales del océano demostrando una vez más que es la estrella más grande y luminosa del sistema planetario.
Poco me importa que piensen que he perdido la cordura.
Vos y yo sabemos que no es así.
El amor tan intenso logra que mi mente entre en estado de abstracción.
No existe nada en esta parte del mundo o en cualquier parte capaz de impedir que sienta que me miras desde el cielo.
Quisiera que las distancias no fueran tan grandes, que se dejaran de medir en años luz.
El amor de una madre hacia el hijo que se fue puede atravesarlas a todas en los instantes de reflexión.
Vivimos tanto juntos, compartimos tantas experiencias juntos, tanta complicidad pura y sana que otros terrenales necesitarían transitar otras vidas para comprender que cuando un hijo se va de manera prematura la vida se nos cae encima distorsionado y quebrando nuestras propias estructuras.
Cuesta avanzar por ese sendero plagado de escollos.
Sinuoso, agreste que en muchas ocasiones no se sabe por donde continuar.
Con tu ayuda y la de Dios que todo lo ve sé que voy por el camino correcto.
Nadie es infalible y puedo equivocarme más mis sentimientos me indican que no estoy tan errada.
Se que piedra a piedra fuiste sacando los escombros que me cubría.
Las percepciones de una madre a quien la vida le asestó el peor golpe no suelen fallar.
Te siento tan cerca que muchas veces en sueños te pregunto ¿Qué decís?
Mi propia voz me despierta de letargo, me angustia comprender que pasé otra noche sin soñar con vos.
A las mamás que me piden me resigne les pregunto ¿Cuánto tiempo podrían pasar sin poder besar a sus hijos?
¿Soportarían conformarse con acariciar una fotografía que no devuelve nada?
Nadie contesta a esos interrogantes tan simples y no hay respuestas porque gracias a Dios ninguna pasó por el trance de perder a un hijo amado hasta el paroxismo.
Mi vida no te formulo ningún reclamo, no podría hacerlo a un ser lleno de luz como vos.
Hoy hace justo diez y seis meses te faltaban horas para partir, me pediste que te alcanzara la crema de afeitar, mi respuesta fue que no era necesario, tu barba rala no lo necesitaba.
Insistente como yo volviste a reiterar el pedido, te advertí que no podría ayudarte pues comenzaron a aparecer mis problemas de visión y no me sentía capaz de hacerlo sin lastimarte.
Eras tan coherente que me dijiste qe solo tendría que sostener un espejo de mano, que tu cara la conocías de memoria.
No podía no acceder a un pedido de un ser tan bello en su interior que admirada te observaba.
Posteriormente para poder acariciarte aún más te pasé una crema.
Mis dedos recorrían tu rostro con la mueca de una sonrisa,
Callando nuestras percepciones ambos sabíamos que te quedaban horas de vida.
Querías estar bello para presentarte en los brazos de Dios.
Recuerdo como si hubieran transcurrido cinco minutos que le rogué a mi imaginación me dirá letra para hablar de proyectos, viajes que nunca realizaríamos.
Creyéndote dormido, apoyada en el barral de tu cama derramé algunas lágrimas.
Sentí tu mano aún tibie pidiéndome no llores m´.
Rápìda de reflejos te respondí que no lloraba la irritación ocular la atriuí a un desinfectante que pasaba por los círculos de respiración que estaban en el techo, creo que no me creíste nada.
Al atardecer te visitaron tus dos amigos, a ellos les contaste que te costaba respirar, los había dejado solos para que pudieran conversar, me ubiqué en el lobby del sanatorio.
La puerta estaba entre abierta, sentí que el corazón se estremecía cuando te escuche pedirles “Cuiden a mi mamá”.
Un gesto que me llena de orgullo y dolor estuve en tus pensamientos hasta el final.
No te voy a contar los secesos posteriores, cos los conocés tanto como yo.
Me costó vatios días retomar mi pasión por la escritura.
Cuando lo hoce decreté que todo lo que escribiera estaría dedicado a vos y que por nada del mundo cambiaría los finales de cada relato.
Cumpliré con mi promesa hasta mi propio final.
Te amo, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=nY4uOZrzv0s&t=67s

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