Debo reconocer que estas fechas para vos carecían de sentido.
No tardé en preguntarte por qué, tu respuesta fue la de un adulto.
Habías llegado a la conclusión que los días en que los episodios de la historia que eran designados para reflexionar, la mayoría de los terrenales los utilizan para reunirse a cenar hasta que el cuerpo dijera basta-
Me asombró tu pregunta.
¿Vos no vas a las cenas de diciembre pues nunca te gustó estar con personas de tu trabajo a las que tratabas por educación pero no te caian nada bien?
Tenías razón tu mamá nunca se sintió cómoda entre compañeros de trabajo que durante un año se arrancaban los ojos de haber podido hacerlo u en diciembre una copa de champaña los hacía olvidar de todo.
Un año después siento aún un pequeño que como todos concurría al jardín de infantes, tu seño me llamó para felicitarme por tu inteligencia y a la vez contarme que no habías querido participar en el armado del árbol de Navidad del jardín,
No lo hizo en tono de reprimenda solo llamó su atención cuando un nene de cinco años le contestó que no lo hacía pues no creía en ningún al preguntarte si era por tu religión respondiste que no sabías que era eso, simplemente contestabas a su pregunta.
Imagino tu padecer cuando me ayudabas a armar el de casa.
Cursando la escuela primaria me pediste que ese año no lo armáramos.
Pregunté si no te gustaba ver los regalos al pié del árbol y asombrada escuché que no pues habías aprendido en la escuela que había otros niños de tu edad que jamás habían visto un regalo.
Sé que por esos días los medios de comunicación no se cansaron de repetir la cantidad de niños descalzos que concurrían a las escuelas caminando decenas de cuadras para estudiar,
Chicos de tu edad que tenían ansias de aprender como vos y le faltaban los elementos esenciales.
Otra vez te asistía la razón.
Dejamos de armar el árbol cambiándolo por algo que no hiriera tus sentimientos que estaban cimentados en verdades irrefutables.
Hoy mi querido me hubiera gustado tener en mi cuarto un ejemplar navideño de color blanco como la pureza de los ángeles que te acompañan en la eternidad.
No hubiera tenido en sus ramas los clásicos adornos, no cintas o luces de colores.
De cada una de aquellas hubiera colgado una de las tantas imágenes con tu carita, a veces sonriente otras veladas por la tristeza que humedita tu mirada inolvidable.
Me pregunté ¿Para qué?
Si te llevo en mi pensamiento cotidiano.
Las fechas no tienen importancia para recordar determinados acontecimientos.
Sabés que mi memoria guarda una sola que trascendió a tu nacimiento, es la de tu partida donde después de varios días caí en la cuenta que la vida se me había caído encima..
No existen adjetivos ppara cuantificar el dolor de la ausencia,
Menos tratar de comprender que solo te veré cuando Dios indique que ha llegado mi hora.
Sabés que estoy relativamente bien por eso no quiero que te preocupes.
Anoche trataba de imaginar como sería en el Paraíso celebrado el nacimiento de Dios.
Más allá de las leyendas y la épica intuyo que fue una noche de mucha paz rodeados de tus iguales.
Eso me tranquiliza pues te siento sin padecimientos.
Siempre tendrás mi amor de mamá que ha perdido su tesoro más grande.
No me cansaré de repetir los finales de las letras que te dedico, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=n3McD-676Jw&t=3303s
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