Thursday, December 01, 2016
el valor de los afectos
Desde edad temprana los padres enseñamos a nuestros hijos que en la vida existen valores inclaudicables.
Valores que nos acompañaran mientras dure la vida terrena.
Aprendemos a valorar a las personas que nos rodean más allá del carácter que posean que es único e irrepetible.
Nos enseñan a respetar al nuestros semejantes dejando de lado la divergencia del pensamiento, siempre encontraremos un punto de coincidencia que logre hermanarnos para siempre.
Aceptamos a quienes elegimos como amigos dejando de lado banalidades, lo importante no es la apariencia a la que suelo denominar envase sino su contenido que en determinado momento del desarrollo del destino nos mostrará quienes aún siendo diferentes existe algo misterioso que se encuentra más allá del pensamiento que nos hermana para siempre.
Todos los valores que nos inculcan de acuerdo a la edad que tengamos cuando ellos fueron manifestados los incorporamos como dogmas a nuestras vidas.
Hoy necesito evocar el valor que desde mi óptica de jugadora de letras considero el más importante y es el amor, los afectos en todas sus diversidades.
Son aquellos los que nos permiten crecer sanos en cuerpo y alma.
Desdichados aquellos que dicen que pueden vivir en soledad, que no precisan el cariño de nadie para cumplir su derrotero en la vida terrena.
No los juzgo pero puedo asegurar que quienes dicen no necesitar de aquellos están presos de la soberbia qye les impide valorar el afecto de quienes se les acercan.
Existen manifestaciones de cariño tan efusivas como efímeras, cuando se alejan sin importar la causa nos damos cuenta que estuvimos brindándoles lo mejor de nosotros a quienes no lo merecían.
Al principio no comprendemos ciertas conductas, personalmente no las juzgo, solo siento piedad por quienes se niegan a estar acompañados por otro ser igual que intentó dar lo mejor de si, evitando solicitar algo a cambio.
Eso no es una demostración de afecto sino de la miseria espiritual que portan algunos seres que transitan por la tierra.
Es difícil de explicar con palabras cuando la vida me ha enfrentado con personajes de esa estirpe no siento dolor cuando se van,
No soy especialistas en neurociencias como para expresar de manera clara y contundente el por qué mi mente tiene la capacidad de eliminar aquello que resulta nocivo.
No me abruma la pena directamente mi cerebro los elimina como si fueran entes que nunca hubieran existido ni jamás volverán a tener vida corpórea.
Ignoro si mi actitud es correcta, mi madre me preguntaba como podía hacerlo, mi respuesta era siempre la misma, no lo sé.
Nadie puede explicar aquello que no existe en su vida aún cuando haya pasado por ella, tampoco sé si es un error, es algo que ha sucedido muchas veces y no tendría una explicación contundente que conformara a quien pregunta,.
Solo pasa.
Por ello siempre me alegré que tuvieras amigos a los que yo denomino hermanos de la vida.
Aún cuando no estés físicamente vivís en sus recuerdos.
Ahora comienzan a ser mis amigos, no quiero compararme con la hermandad que tenían con vos.
Me llena de gozo cuando me cuentan anécdotas compartidas que desconocía.
Siento orgullo por el hijo que partió de manera no solo injusta sino tan temprana.
Nunca asumiré que ya no te tengo a mi lado por la sencilla razón que estás tatuado para siempre en mi alma.
Tus hermanos de la vida no solo te han querido, a pesar del tiempo transcurrido te siguen amando.
Sabés que no tengo un carácter fácil, nadie puede disuadir mis pensamientos sin argumentos contundentes.
Así sos vos, no quiero escribir en tiempo pasado pues te tengo siempre a mi lado.
Coloqué rejas en mi alma para guardar ordenadamente las experiencias que compartimos juntos, ocupás todos los espacio.
Solo que decidí ordenar en una parte el amor inconmensurable que siempre te tengo más allá de la eternidad que cree separarnos, en otro espacio están los viajes compartidos que no fueron pocos,.
Recuerdo especialmente cuando subimos a un gomón para acercarnos a la garganta del diablo de las Cataratas del Iguazú.
Solo dos locos lindos como nosotros se sumaron a una travesía por un río torrentoso con el agravante del viento furioso para ver una de las maravillas del mundo.
Sentimos placer sin advertir el peligro de navegar en una embarcación tan frágil.
En otro de los espacios de mi alma guardo tu mirada inmensamente bella, vehículo para comunicarnos cuando no eran necesarias las palabras.
Hijo sabés que te quiero de una forma que no se puede dimensionar por ello una vez más te pido que nunca olvides cuanto te quier tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=SnLOww3fndE
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