RAMAS DESNUDAS PARA LLEGAR AL CIELO

Se acercan días más cálidos,
Noches más cortas.
Temprano los pájaros se apoyan en el dintel de mi ventana.
Su armoniosa melodía me permite saber que el cielo se encuentra dibujada una franja gris oscuro de la noche para darle la bienvenida a los colores verdes pálidos y rosados del despertar cotidiano del alba.
Desde que no estás me levanto muy temprano.
Es agradable escuchar los sonidos del silencio en mi refugio solitario.
Hasta hace pocos meses, esos rugidos producían terror.
Son los gritos del alma que no puede acallar su trágico dolor.
Ahora que ha pasado un pooco de tiempo y tengo la certeza que ha sido producto de tu intervención amorosa, esos ruídos no ensordecen.
Solo están.
Están como el tiempo, con el que no tengo ninguna relación.
Antes le agradecía los momentos que nos permitía disfrutar en complicidad.
Ahora no existe.
No creas que le he tomado odio o sentimientos negativos.
Solo le hice un reclamo, se apuró demasiado en llevarte lejos de mí.
No te dio la más mínima posibilidad de vivir.
Tramposo jugó sus cartas en quince días.
No me concedió una revancha.
Desde ese momento no existe para mí
Tu abuela siempre me retaba por ello.
Mi respuesta era simple, cuando alguien me ha hecho daño o se ha convertido en un ser tóxico, no soy yo, sino mi cerebro quien la borra como si jamás hubiera tenido vida.
Vivencia que no se puede confundir con actitudes rencorosas ni nada que se le parezca.
Nunca existe quien hace mal.
He sentido la tibieza de tus alas desplegadas abrazándome.
Especialmente cuando estoy a punto de caer en esos abusos oscuros que tiene principio pero no final.
Temprano estuve caminado por calles desiertas,
Pese al cansancio el gorjeo de los pájaros me transmitía energía para seguir.
No me satisface caminar cuando hay demasiadas personas.
Me enseñaste a amar la soledad, duele, es cierro, aún así bruñida confort.
He visto árboles, algunos de hojas perennes, otros mostrando sin pudor sus ramas desnudas.
Imaginé que estos últimos serían útiles en tu cielo.
Tu innata creatividad no tardaría en llenarlos de brotes, hojas y por que no flores.
Especies que nunca tendrían la corteza dañada por los seres angelados que te acompañan, nunca los dañarían para dejar sus nombres o cualquier figura.
Los árboles no llorarían más, estarían protegidos de la impiedad.
Hijo te extraño más que nunca.
Me piden que me ayude para salir de este pozo profundo.
No me puedo ayudar cuando me falta la mitad de mi alma, ni siquiera lo deseo.
Mi tiempo, mi vida son tuyos, no necesito nada más que evocarte con ese amor que nace en el medio del pecho generado por el hijo que el destino se llevó prematuramente.
Te amo cada días más u en nombre de ese amor inconmensurable te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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