SOMBRAS

Otra noche sin poder conciliar el sueño.
Tengo miedo a la soledad.
No me acostumbro a vivir sin vos.
Noche sin luna.
Solo sombras y ruidos extraños que decido averiguar de dónde provienen.
En este caso el temor no paraliza, es como una inyección de energía para buscar sonidos en la oscuridad.
Recuerdo haber heredado de tu abuelo un viejo farol.
Al principio lo rechacé pensando que en estos lugares nunca se corta la energía eléctrica.
Olvidé por completo la furia de la tormenta matutina que arrasó con todo lo que se interponía a su paso.
Típica tormenta de tiempo más cálido aún cuando faltan más de tres meses para el estío.
Árboles caídos sobre los autos que quedaron estacionados desde a noche anterior.
Por la mañana poco vi de los destrozos causados por la naturaleza.
Los camiones recolectores de ramas no daban abasto para sacar todo en una jornada.
A media mañana el sol salio en todo su esplendor.
El viento suave barrió con las nubes que ocultaban el celeste del firmamento.
En ese instante se pudo cuantificar el desastre causado por el fenómeno natural.
Los cables caídos produjeron un corte de energía que no se podía estipular cuanto tiempo demandaría su arreglo.
El crepúsculo llega puntual como todas las tardes cubriendo el cielo de colores púrpuras y magentas.
Imagen para no olvidar.
Luego de cenar, intento dormir, llevo días con sueño interrumpido.
No es saludable.
^pr la ventana de mi dormitorio ceo pasar las primeras sombras.
Parecieran que caminan arrastrando pies imaginarios.
Decido investigar.
Previamente enciendo el farol que me regaló mi padre y pensé que nunca utilizaría.
Salgo de mi refugio sin hacer ruido.
El primer susto una rama que cae delante de mi rostro.
Es pesada, con una mano sostengo el farol con la otra la arrastro al cordón de la vereda.
Un grito atroz transforma en hielo mi alma.
El miedo se apodera de mi ser.
Busco e ilumino el lugar de donde pareciera haber llegado ese sonido siniestro.
Nada, solo una sombra corriendo cruza la calle.
Coloco el farol delante de mis ojos.
El sonido siguiente es estrepitosos, inmediatamente el conocido ulular de las sirenas de los bomberos.
Acuden prontamente a un choque producido en la avenida que está próxima.
Los autos han quedado deshechos.
Buscan a las víctimas.
No hay nadie a la vista ni sobre el pavimento.
Solo yo obseso dos sombras que parten corriendo.
Mientras espero el semáforo para cruzar, una rata enorme sale de la alcantarilla rozando mis piernas, más que terror siento repulsión.
No buscaré más las sombras, no estoy en el mejor lugar para una mujer.
Hijito espero que me acompañes en mi vuelta a casa.
Una brisa de aire fresco seca las gotas de transpiración de mi rostro.
Sé que estás conmigo para protegerme.
El cielo se muestra oscuro, falta poco para llegar.
Un rayo ncendia las maderas de un techo que antes tenía tejas.
Por más que intento apurar el paso no puedo llegar a destino.
Siento la calidez de tus alas sobre mis hombros.
El corazón retoma su ritmo habitual.
Mi vida te prometo no salir a buscar de donde provienen las sombras así las vea desfilar como integrantes de un ejército.
Cuento con tu protección en los momentos más delicados.
Te amo, deseo reunirme con vos.
Aún cuando sepa que debo esperar.
Mientras el tiempo pasa solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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