José Martí, el gran poeta cubano en uno de sus poemas más trascendentes cultivaba una rosa blanca.
No soy poeta pero me gusta cultivar plantas.
Es una manera de parecerme a vos que tanto amabas la naturaleza en cualquiera de sus expresiones,
Hace mucho que no veía vender en las calles plantas.
Mis oídos querían adivinad qué ofrecía un señor que se transportaba en una camioneta ofreciendo sus productos.
Nos separaban varias cuadras.
Sentí tu amorosa vocecita que me susurraba que lo esperara.
Si me hacías esa sugerencia era por que tus ojos de caramelo habían visto desde las alturas algo que me gustaría.
La voz al acercarse sonaba más fuerte, decidí esperarlo.
Enseguida se develó la incógnita en la caja de la camioneta transportaba diferentes especies de plantas.
Con flores o sin ellas.
Elegí una rosa trepadora que estaba en el fondo del transporte.
Con una sonrisa picara me dijo que sabía elegir, a lo que respondí que un ángel lo había hecho por mí.
Sorprendido por la respuesta, con una sonrisa sincera y nostalgia en sus ojos, expresó que le hiciera caso a mi angelito pues por la opción, denotaba ser un hombre sensible con las flores y plantas.
Busqué un lugar en el jardín interior que estuviera cerca de la pared ya que esa especie de rosas, precisan estar apoyadas sobre algo firme para crecer con fuerza.
Las flores son de color rosa fierre.
Se que desde el cielo las podés mirar.
Las cuidaré con amor.
Necesito que me ayudes a que crezcan rápidamente.
Esas rosas trepadoras en poco tiempo tendrán una altura considerable.
No pienso podar su cúspide, sí los laterales y quitarles las hojas secas.
Deseo que en un futuro no lejano esas rosas trepadoras se conviertan en una escalera que me acerque cada día un poco más a tu cielo.
Necesito verte un instante, sabés que me conformaría con poder darte un beso.
Sumergirme unos segundos en tu mirada.
Sé que sabías que la partida sobrevendría en cualquier momento.
No tocábamos ese tema para no lastimarnos.
Tenías terror al final, lo decían tus ojos velados por las lágrimas.
No sé cómo hice para evitar las mías.
No era necesario agregar dolor espiritual a la masacre física.
Re sometiste a las peores torturas pues afirmabas a los médicos que tenías que cuidar a tu mamá.
Mi cielo estuve siempre en tu pensamiento hasta el final.
Vos estás en los míos en forma permanente.
No imagino la vida sin pensarte.
Solo me perturba pensar que en ese otro plano reina la soledad.
Por ello mi necesidad de acompañarte, sostenerte las manos.
Extraño el contacto de la piel,.
Como siempre mi mano derecha sosteniendo tu mano izquierda y la mía apoyada en tu pecho para sentir los latidos de tu corazón.
Hijo de mi vida el terror se apoderó de mi, el mundo se vino abajo cuando no escuché absolutamente nada.
Tu prima fue la primera en advertirlo.
El final había llegado, comenzaba la tortura de asimilar la ausencia.
No lo he logrado, tampoco creo que alguna vez ocurra,.
Es un sentimiento tenebroso tener un hijo muerto.
Lo entiendo, ello no quiere decir que lo asuma.
Me cuesta escribir en tiempo pasado.
Me pregunto ¿Qué hice mal para que te fueras tan pronto?
¿Qué faltó hacer para seguir teniéndote a mi lado?
Te amo de una forma que es imposible adjetivar.
Con vos no necesito utilizar demasiadas palabras.
Un ser de luz entiende todo sin mayores explicaciones.
Como sierre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=iCZ-QFtsmco
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