En ocasiones el tiempo se convierte en enemigo letal.
Ocurre cuando avanza velozmente con el único propósito de convocar al olvido de pasajes de nuestra vida.
En mi caso no tiene ni tendrá éxito en su derrotero.
Pueden pasar vidas, no importa cuántas, siempre serás el dueño de mis sueños y todo mi amor.
Amor indisoluble más allá de la eternidad.
Así es el amor más puro que se profesan un hijo y su mamá.
Puede suceder que uno de los dos no esté en suelo terreno.
Casi siempre es la madre quien es despedida por su hijo.
Desgraciadamente las leyes que parecen naturales, a veces arrancan de la existencia terrenal al hijo, dejando a la madre sin poder de reacción.
Ninguna palabra puede conformar a quien ha perdido al ser más amado.
Al ser que durante nueve lunas llevó en sus entrañas.
la única razón de su despertar cotidiano.
Tan veleidosa como siniestra, en segundos la muerte te llevó.
El aliciente se recibe, agradeciéndolo, no surte el efecto buscado.
Por más que pasen los años el dolor, lejos de morigerarse, crece de manera inusitada.
Tengo luchas con el tiempo, como imagino que tienen todas las madres que pasamos idénticas circunstancias.
Jamás dejaré que se apodere de nuestros sueños.
Allí es un invitado de piedra, nada tiene que hacer.
Quiere imponerme su voluntad, no podrá.
Resisto a sus ataques gracias a tu ayuda.
Tu energía vigoriza nuestros sueños.
Cuando el tempo quiere ingresar a mi mente, evoco tu luz y solo puede ver figuras sin firma predeterminadas, en distintos colores.
Es la barrera que utilizo para que no vulnere nuestro interior.
Nunca verá las imágenes hermosas que traen los recuerdos compartidos.
Tesoro te amo siempre un poco más, como de costumbre te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=qgWhp2U8gIY
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