Conocí en una reunión de artistas en la casa de Laura, a un cineasta famoso de “Nacional Geografhic”.
Llevó a la reunión suficiente cantidad de material para que pasáramos un momento sublime.
Cada uno de los invitados mostró filmaciones propias.
Todas muy creativas.
Las imágenes esperadas de cada lugar que habían visitado y posteriormente serían exhibidas en formato de película para cine o televisión.
Henry subió al escenario montado en el salón de cine privado de Laura para mostrar bellezas nunca vistas.
Árboles que el viento se ocupo de tallar para otorgarle las formas más originales.
Se necesita demasiado tiempo para lograr que un simple árbol adquiera forma humana.
La naturaleza es maravillosa en cada una de sus manifestaciones.
Cuanto terminó la función asistimos a un cóctel.
Laura se desvive por agasajar a sus amigos como debe ser.
En un momento pude charlar unos minutos a solas con Henry.
Lo felicité pues sus imágenes eran cautivantes.
Aproveché su afabilidad para pedirle una toma del film que habíamos disfrutado un rato antes.
Para no molestarlo le conté mi verdad que es la tuya mi tesoro del alma.
No quería la película completa sino el fragmento donde se admira un árbol añoso, a la vera de un espejo de agua, donde dos cisnes demuestran lo mucho que se aman.
Noté en la mirada de Henry, tristeza.
Se le hacia difícil creer que un ser tan joven hubiera partido de manera tan temprana.
Quiso regalarme el film completo, agradeciéndole le dije que no, pues yo quería solo esa imagen.
Preguntó ¿Qué viste en ella?
No tarde en responderle que la había asociado con una madre en total y absoluta soledad, esperando a su hijo muerto.
Hijo que no debió partir antes que su mamá.
Tomándome de la mano dijo que sería dueña de la primera copia del film.
Respondí que no quise ser atrevida.
Solo quería una imagen.
Agradecí con el alma en la mano.
Hijo querido me siento indentificada con esa mujer que el tiempo tallo en el tronco de un árbol.
El verde de las hojas representa la esperanza que tengo de verte cuanto antes.
Los cisnes. El amor de una madre que no acepta tener un hijo muerto.
Se lee muy dura la frase.
No puedo maquillarla pues siempre escribo lo que siento.
Nunca podría decir que estás de viajes, quienes están en esa situación regresan a su hogar.
En ti caso no será así.
Te siento como si te estuviera gestando por segunda vez.
Respeté tu voluntad de convertirte en cenizas para que nadie más te manipulara.
Es duro para una mamá pedir la incineración del ser que más amó en la vida.
Durante treinta y nueve días posteriores a tu partida te tuve en casa.
Tu prima me acompañó a dejar la urna en el cementerio.
Es horrible.
Te pienso son, vital.
Así permanecerás mientras tenga que arrastrar mis cadenas de dolor en el mundo de los terrenales.
Tesoro como habrás percibido algunos seres que decían amarte se ha olvidado de vos.
No tiene mayor importancia, desde el principio saben que no tienen obligación alguna hacia mí.
Con vos no.
Por más que quiera no puedo evitarlo.
En algún momento de la vida terrena se caen las máscaras.
Las promesas quedan diluidas en el agua.
No lo siento por mí, en el fondo de mi alma esperaba esas reacciones que duelen.
No por mí que he cumplido con mi palabra y no necesito mendigar un poco de cariño o compañía.
Me duele profundamente que han traicionado tu memoria.
Mi cielo me convertiré en guerrera para defenderte pues temporalmente carecés del don de la palabra.
Seré tu voz hasta que alguien muy poderoso se acuerde de mí, llevándome a tiu lado.
Tesoro, te amo más que nunca y como nunca.
El destrato me fortalece.
Como en todos estos encuentros mágicos que establezco con vos, solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=i2YDObIlx6U
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