MARIPOSAS PARA MI CIELO

Cuando se ama profundamente al hijo que el destino se llevó de manera cruel y prematura, los sueños suelen emparentarse.
Se ingresa en el del otro para comprobar esa igualdad que nos asombra aún cuando entre nosotros se haya interpuesto la eternidad.
Pensándote de manera constante concluyo que no solo con un fino cincel te han tallado en mi alma sino también en cada pensamiento.
Quien no haya pasado por una experiencia tan trágica puede tomar mis palabras como exageradas.
Nada más lejos de ello.
Si bien el tiempo en ocasiones erige muros infranqueables, la volatilidad de los anhelos gemelos puede atravesar ese tiempo incomprensible.
En poco más de tres meses se cumplirán tres años de tu ausencia jamás imaginada.
Posiblemente aquella gélida mañana de agosto, mientras comenzaba tu ascenso hacia otra dimensión, ese tiempo que cree ser todopoderoso haya pensado que tu final era el comienzo de una separación definitiva.
No fue así.
El paso de los días más angustiantes de mi existencia, el amor que nos tenemos, pudieron vencerlo.
En ocasiones tengo temor de no volver a verte jamás.
Cuando esos pensamientos me asaltan el sonido de tu voz aleja los misterios de aquello que no se conoce.
Todo mi ser percibe que en algún momentos nos encontraremos para continuar las conversaciones que quedaron pendientes.
Para seguir juntos en el sitio que ahora estás.
Por supuesto que se extraña de una manera difícil de dmensionar.
Cuando la tristeza quiere tomarme como su prisionera, tu imagen adorada la aleja con el único objetivo que no infiera más daño.
El dolor aún cuando parezca irracional, nos mantiene más unidos que nunca.
Anoche en la primera etapa del sueño pude convertirme en una mariposa.
No era como las que conocimos pues su vida no tenía final.
Ello me permitió ascender tan alto que pude visualizarte como si estuvieras aquí.
En realidad estás en todos los detalles de esta vida que me tocó vivir.
Los terrenales carecemos de la posibilidad de transitar otros destinos.
Los sueños con su magia pueden durar el tiempo que uno desee.
Igual que esas mariposas que son tu debilidad desde que eras muy pequeño y las sostenías entre tus dedos para luego dejarlas en libertad.
La mis libertad que tuve mientras dormía, convirtiéndome en esos seres alados que vuelan sin destino hasta que no las vemos más.
En el momento que adquiriste capacidad para razonar y comprender, preguntaste cómo era el proceso para que naciera una mariposa.
Tu mirada se tornó vidriosa cuando supiste de la brevedad de la existencia de aquellas.
Rápido para responder, dijiste que las que tuvieras en tus manos tendrían una vida sin fin.
Sueños de niño que pudiste transferirme.
El corazón se llena de gozo cuando los recuerdos se arremolinan en mi mente pugnando por salir todos juntos.
No importa si estoy despierta o dormida.
Siempre estás a mi lado para cuidarme, protegerme con el amor sincero de un hijo hacia su mamá.
Nunca, mientras camine por suelo terrenal olvidaré una circunstancia que puso en riesgo mi vida.
Estaba en terapia intensiva esperando la hora de visita.
Entraste, me estaba recuperando satisfactoriamente.
Pese a ello no pudiste detener el llanto.
Mientras me abrazabas, escuché que pronunciabas las palabras más hermosas “Mami vos me diste la vida, ayer te la devolví”
No voy a contar el accidente sufrido, solo voy a decir que fuiste el primero en llegar para socorrerme.
Mi dulce compañero de aventuras, temporalmente no estás físicamente, estás eternamente en mi razón
Tesoro te amo y como siempre te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=Lru4xTN0sOc