Distintos pensadores refieren a la eternidad como algo abstracto.
Otros sin conocer ese sitio que se considera sagrado afirman que es una réplica del suelo terrenal.
Entre los últimos se encuentra el poeta griego Sófocles quien concluye que en aquella descansan las almas de quienes ya no habitan la tierra.
Refine la eternidad como sinónimo del Paraíso celestial.
No es fácil llegar a un espacio tan lejano.
El tránsito está colmado de algunas dificultades a las que se suman luces y sombras.
Intuyo que has pasado por esa experiencia que brinda aprendizaje para poder permanecer más allá de todos los tiempos en ese sitio tan especial.
Por más que lo desee no puedo emprender ese viaje final antes que el destino así lo disponga.
Cierro el libro que estoy leyendo cerca del hogar.
Los leños encendidos crepitan de forma monótona.
Algunas chispas ascienden por la chimenea con destino incierto.
El cansancio de un día agitado no tarda en convocar al sueño.
Al comienzo no es profundo sino un estado de vigilia que me permite escuchar los ruidos propios de mi refugio.
En pocos instantes seré prisionera del sueño RAM.
Predominan los colores estridentes en un camino no conocido por mí.
Mi mente va elaborando un espiral ascendente.
La meditación ayuda a conseguir un estado de relax placentero.
Como todo ser humano al inicio los temores se hacen presentes.
Delante de mí se abren dos senderos.
Debo utilizar la intuición para elegir el correcto.
Ese que me posibilite llegar a vos.
El paisaje comienza a oscurecerse.
Es necesario calmar la ansiedad de llegar.
La respiración será un soporte para lograr el objetivo que más deseo.
Encontrarte, sin importar los escollos que se presenten en la caminata.
Tu energía, como siempre será quien me sostenga.
Tu templanza infinita será el sitio donde pueda apoyarme para continuar.
El deseo de verte es más grande que el miedo a la oscuridad que se desconoce.
He de tropezar varias veces antes de llegar a una luz que ahora parece diminuta.
¿Qué haría si no te tuviera como guía de mis anhelos?
Seguramente desandaría el trayecto recorrido.
En los laterales de mi ruta hay piedras filosas, las palpo con cuidado de ni lastimar mis manos.
Busco saciar mi sed.
Las sombras van quedando detrás de la proyectada por mi cuerpo.
No estoy cansada.
Encuentro una vertiente de agua.
Es transparente y fresca, ayudará a saciar la sed.
Percibo que no estoy caminando sola, te siento junto a mi como en el ayer no tan lejano.
Ante mi se despliega un paisaje majestuoso.
Flores por doquier.
Las que permanecían cerradas abren sus coloridos pétalos.
No deseo mirar hacia atrás sino ser parte de ese lugar que resulta difícil describir con palabras.
Recuerdo la lectura que dejé inconclusa.
Sófocles describía de la misma forma en que lo visualizo el camino que lleva hacia la eternidad.
Aves exóticas revolotean por un lugar parecido a las páginas de un cuento encantador.
Ignoro cuanto tiempo llevo caminando.
La idea es llegar hasta el final.
Estoy cerca.
La música suave de liras y laúdes es inconfundible.
No veo puertas que se cierren a mi paso.
El corazón cabalga en mi pecho.
La posibilidad de verte aumenta.
No muy lejos diviso tu figura inconfundible.
Podré abrazarte, darte uno de los tantos besos que tengo guardados para vos.
Mirar tus ojos, iniciar una conversación.
Siento confort, un estado muy parecido a la felicidad compartida mientras recorrimos todos los paisajes, disfrutando de cada uno de ellos como si fuera la última vez.
Un sonido seco logra despertarme.
Es el libro que estaba leyendo.
Hijo de mi alma, en esta ocasión ha sido un sueño que me llevó muy cerca tuyo.
La impotencia arranca mis lágrimas.
Esta vez ha sido el más hermoso de los sueños que he tenido desde que no estás.
No cesaré mi búsqueda hasta tenerte nuevamente conmigo.
Seguiré intentando llegar.
Esta vez no pudo ser.
Te amo, te pido paciencia en esta espera que no quiere terminar.
Mientras aguardás mi llegada vuelvo a pedirte que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=p6JqsLUfk9E
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