¿HAS VISTO A SATURNO?

Intuyo que las almas que ascienden al Reino de los Cielos, en su recorrida tienen la posibilidad de observar en las noches pletóricas de titilantes estrellas, los planetas del sistema solar.
Todos tienen su razón de ser y han sido denominados con los días que representan la semana.
Hago referencia a los más importantes.
Algunos como Plutón han dejado de ser integrantes del sistema aún cuando no haya modificado su órbita.
Los científicos decidieron que fuera así.
En mi caso prefiero pensar que siguen vigentes los nueve que conocí cuando estudiaba y fueron mencionados como los nueve cielos por el poeta florentino Dante en su obra cumbre “La divina comedia”.
Haciendo gala del uso de un fino lenguaje romántico le contaba a su amada Beatriz, los que deberían ascender para llegar al paraíso donde nadie juzgaría un amor marcado por la diferencia de edad.
Tengo la certeza que en este tiempo los has visto mientras ascendía tu alma al firmamento.
Una vez acostumbrado a estar en ese nuevo hábitat, has mirado los planetas desde otra latitud.
No dudo que más de una vez los hayas visitado en compañía de otro ángel aventurero como vos.
Cada uno de aquellos tiene su belleza particular.
Marte encandila con sus colores rojizos, señal de fuego latente.
A Mercurio lo imagino más frío y lejano.
Júpiter con sus tonalidades verdes apacigua las ansiedades que en el sistema planetario también se sufren.
Por fin Saturno, de clores cremas, lilas y rosados, mostrando al Universo sus anillos que giran junto a él.
Si estuvieras en suelo terrenal, habría sido el de tu elección.
Evoco con nostalgia alguna noche en el Planetario, esperando la aparición de algún eclipse.
Cpn la utilización de telescopios de última generación puede divisarse el sistema planetario.
Sueño con llegar rápidamente a tu lado.
Pese a la prisa deseo que el ascenso sea tranquilo para poder mirar el paisaje estelar.
Beber la belleza de cada planeta, probarme los anillos de Saturno, el deseo de cualquier mujer, aún cuando sepamos que es imposible.
Admirar cada una de las estrellas encendidas que iluminan el cielo nocturno y dan un poco de vida a los corazones cansados de sufrir por tanta tristeza acumulada.
Mi tesoro, no te preocupes, este estado de angustia y hastío pasará en el momento que divise tu figura recortada sobre el portal del cielo esperándome.
Llegaré.
Necesito darte un beso y abrazarte como antes.
Antes es hace menos de tres años.
En aquellos instantes quisiera detener el tiempo para recibir el regalo de tu bella mirada.
No pudo ser.
Debo esperar, ignoro cuanto será.
Por ello te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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