Friday, June 08, 2018
BRUMAS EN LA NOCHE
Cruzamos con Laura hasta Colonia en
La República Oriental del Uruguay.
No tenía demasiados deseos de acompañarla, cuando explicó que volveríamos al atardecer del mismo día, con la simpatía que la caracteriza me convenció.
Colonia es una ciudad cercana, por lo tanto sabía que llegaría a mi refugio en el horario pactado.
Laura sabe que no me agrada alejarme de aquel, pues tu esencia está siempre, en cada rincón de la casa.
A media mañana llegamos a destino.
Una ciudad que conocimos juntos no hace tanto tiempo.
Realizó varios trámites referentes a su trabajo.
Finalizados los mismos recorrimos los mismos lugares que caminamos asidos de la mano.
Es una ciudad que tiene sus años, ubicada muy cerca del Río de la Plata.
La emoción no tardó en presentarse al evocarte.
Buscamos el mismo restó en el que solíamos almorzar.
Lugar de terrenales generosos y solidarios como vos.
Durante el almuerzo el tema central de la conversación fuiste vos.
Pese a que el día era soleado la temperatura baja no se sentía tanto, gracias a los débiles rayos de sol.
A pesar de ser un día de semana encontramos bastante gente disfrutando de algunos paisajes agrestes y la tranquilidad de un sitio donde viven en paz, sin la premura de los ciudadanos de las grandes orbes.
Caminamos un largo rato, hasta que le pedí que volviéramos.
No quería que tuviéramos el tráfico habitual del atardecer.
Mirando mi cara de preocupación, con su sonrisa eterna expreso que conocía caminos alternativos para evitar el tránsito que en ocasiones parece anudarse y no avanza.
Tomó una ruta alternativa.
Cuidada, señalizada como corresponde.
Señales que envidiaría cualquier país, en el que incluyo al nuestro.
El atardecer para esta fecha hace su aparición con su paleta de colores púrpuras y magentas.
En el camino más que despejado todo se observaba con una belleza espectacular.
En segundos entraríamos a un segmento del camino presagiado de brumas.
Pese a la soledad de la ruta un semásforo nos hizo detener.
Si Laura hubiera sido una conductora intrépida, seguramente hubiese cometido una infracción.
La miré sin pronunciar palabra.
No hizo falta que dijera nada.
Sin dudarlo pidiendo disculpas innecesarias expresó que se había equivocado al tomar el desvío.
Le pedí que continuara, ese camino seguramente nos llevaría al empalme para llegar a la aduana y cruzar a nuestro país.
Comenté que no temía a las brumas.
Suelen tomarme como presa cuando te extraño más que nunca.
Confiada en tu energía para ayudarnos a encontrar el camino correcto.
En los laterales de la cinta asfáltica no existían construcciones de ningún tipo.
Soledad y paz.
Combo perfecto para seguir pensándote.
Kilómetros más adelante encontramos una rotonda perfectamente señalizada.
Los carteles indicadores nos decían cual de los tres caminos debíamos timar para llegar a destino.
Laura no dejaba de culparse por el error.
Sus pensamientos se tranquilizaron cuando me escuchó decir que había disfrutado del pequeño error.
Cualquiera puede equivocarse al tomar el sendero incorrecto.
Conté que había disfrutado el paisaje solitario pues representaba mi realidad actual.
Sé que estuviste allí.
No es necesario visualizarte para sentir tu presencia amada.
Al llegar a la aduana no hubo ni esperan inconvenientes que nos demoraran.
Sentí confort al percibirte.
Siempre están, sin importar en qué lugar me encuentre para sentir paz en mi alma.
Siempre tu energía positiva es de gran ayuda ante los momentos que no son agradables.
Sabés de que forma podés tranquilizar a tu mamá.
En territorio argentino el tránsito era más fluido.
Arribamos a nuestro refigio en tiempo y forma.
Quería transmitirle a Laura un poco de paz.
Esa noche se quedó en casa.
Conversamos hasta que el sueño hizo su atrición.
Laura me sorprendió con su pregunta ¿Me dejarías soñar con el dueño de tus pensamientos?
Agregando que aprendió a quererte sin necesidad de conocerte.
Siento orgullo cuando escucho comentarios de ese tenor.
Traspasás las barreras del tiempo para estar cuando más te necesitamos.
Ese es uno de los motivos que me llevan a desear que el tiempo acelere sus condiciones con tal de llevarme a ese lugar en el que estás.
Mi sueño lo conocés, tal cual lo reconocen quienes me otorgan la gracia de leer cada uno de los relatos que siempre protagonizás.
La espera es una carga tan pesada como tediosa.
No tengo muchas opciones para elegir.
Tesoro sabés que te amo.
Como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=_ielbyNv970
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