AGOSTO IMPERFECYO

Todos los meses del año suelen tener días para recordar.
Para quien a diario te lleva en sus pensamientos, agosto no debería existir.
Cada momento vivido en un día como hoy de hace tres años, representan una película de terror que nunca debió filmarse.
Ese día comenzaría una tortura que ninguno de los dos merecimos pasar.
Nos internamos con miedo que tratábamos de ocultar, con el único propósito de no dañarnos.
Es tan grande la simbiosis que nos une que conocíamos el final producido quince días después.
Como en un film que va tomando el color del tiempo, recuerdo cada minuto que vivimos.
Inventé mil historias.
Necesitaba que tu paso hacia otras dimensiones fuera sin los tormentos que nos esperaban cada día.
Durante esos días tan aciagos para los dos, oculté las lágrimas de la despedida.
Sé que mi llanto siempre te hizo mal.
En circunstancias tan dolorosas una madre realiza los mayores esfuerzos para no mostrar los sentimientos que cual espejo comienzan a resquebrajarse hasta su destrucción total.
Tengo la suerte de decir que nunca estuviste internado.
Los cuidados son exagerados ante una personita que regala salud.
Como siempre el destino muestra su crueldad al depararnos la peor de las sorpresas.
Ni en sueños remotos, pensé que llegaría el día en que no pudiera contemplar, la apacible belleza de tu mirada.
Tu repetido “Nada dura para siempre”, con fuerza me derribó.
No me alcanza tenerte habitando mi alma.
Aparece a diario la suprema necesidad de darte un beso, abrazarnos como en ese ayer no tan lejano.
Jamás una mujer que ha traído vida a la vida, podrá asimilar, la ausencia que duele.
No existe remedio que pueda mitigar los dolores de los sentimientos.
Una cruz o un castigo, que gracias a tu luminosidad, vanamente intento transitar.
He conocido los abismos ancestrales.
En las profundidades oscuras de ellos, los escombros comienzan a cubrirnos.
¿Por qué?
¿Qué me faltó hacer?
No hay respuestas a esos interrogantes.
Puedo afirmar con certeza, que hubiera preferido quedarme en esos pozos interminables, donde todo es quietud.
Por primera vez, nuestros pensamientos se mostraron distantes.
Tu paciencia infinita hizo que desplegaras tus alas nuevas.
Una a una quitaste las piedras que me tapan.
Como siempre no has querido ver a tu mamá sucumbir.
¿Para qué?
Me sentiría más cómoda estando a tu lado.
No pudo ser.
Los odiosos designios del destino no se pueden doblegar.
Sabés que cada minuto de mi existencia, discuto no solo con él, sino también con Cronos, quien para algunas cosas parece apurado, deteniéndose cada vez que ruego que mis anhelos puedan cristalizarse.
Quisiera saber ¿Cómo estás?
Siento impotencia al no poder ser la compañía de ayer.
¿Cuál es la manera de hacerte llegar la intensidad de mi amor?
La pena de pensar en tu soledad hace que la tristeza de querer y no poder, se agiganta cada día un poco más.
Tesoro, sabés que la espera es tan tediosa como agobiante.
No tengo demasiado para elegir.
Obtengo ciertas dosis de paz cada vez que establezco estas mágicas conexiones con vos.
Te amo, por ello siempre renuevo mi pedido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=G0f7QhiuL0k