Wednesday, August 08, 2018
TU LUZ, SIEMPRE
Más allá del lugar en que me encuentre, tu luz me acompaña siempre.
Desde hace casi tres años mi mundo está sumergido en las tinieblas que intentan adormecer los recuerdos del pasado reciente.
Pasado que es y será mi derrotero, mientras dure mi existencia.
Como un farol situado en mi camino, tengo la certeza que tu intento se disipar esas brumas espesas que producen desazón en mi alma herida por el dolor de tu ausencia.
Necesito de esa luz como el sediento en medio del desierto busca una vertiente de agua para saciar su sed.
Mi sed es tenerte a mi lado, pese a que comprendo que es imposible que tu figura amada se corporice con el objeto de apartar la soledad agobiante que se adueñó de esto que se parece a una vida, desde el día que el destino con la mayor de las crueldades te alejó de mi lado.
Necio no tuvo en cuenta que por más esfuerzos que realice, jamás logrará apartarte del interior de mi mente.
Mi ser entero está habitado por vos.
No hay barrera que pueda separarnos.
Los seres humanos parten hacia otras dimensiones tan misteriosas como desconocidas.
Como decís “Nada dura para siempre”, nadie se osará impedir la concreción de nuestro reencuentro.
Como ese farol quieto que encontré en un sendero, tu luz quiere que esa luz mortecina, adquiera la brillantez de la luna y las estrellas, en la inmensidad del universo.
Universo que compartimos aún cuando no te vea.
Las mamás vemos a nuestros hijos con la mirada del alma.
Nunca jamás nadie podrá evitar ese sentimiento.
Sentir que aumenta cada día.
En suelo terrenal cada uno de los que pasa es tortuoso, sin embargo es uno menos que nos queda para cristalizar nuestro sueños.
¿Qué sabe el destino del amor de una madre hacia su hijo?
Nada.
No conoce la felicidad de traer vida a la vida.
El momento de la llegada de nuestra mejor obra es único.
No se puede comparar con nada.
Nos convertimos en seres que tienen la inmensa tarea de cuidarlos ante las adversidades propias de la vida.
Es antinatural que los hijos se vayan antes que sus madres.
Ustedes son quienes deben despedir a los mayores.
La vida se hunde en abismos ancestrales cuando esos episodios siniestros aparecen,
Somos cubiertas por escombros cual si fuéramos un edificio que se derrumba.
Desde la eternidad, desplegaste tus alas para quitar cada piedra que me cubría.
Con un amor intenso, sacudiste el polvo que me cubría.
Tu luminosidad una vez más se puso de manifiesto.
Si bien no pudo diluir el dolor persistente, dolor que no se puede adjetivar, has querido que siga en este suelo donde no me siento cómoda.
Espero con paciencia.
Igual que vos, sé que en algún momento estaremos juntos nuevamente.
Ilusión que se renueva a diario a pesar de la angustia que trae esas lágrimas que tanto mal te hacían.
Todas las noches, antes de conciliar el sueño que muchas veces no aparece, te ido que me lleves a ese sitio sagrado que se ha convertido en tu hábitat.
Dicen que el tiempo trae consuelo.
No es cierto.
Pueden asimilarse otras pérdidas, jamás la ausencia física de un hijo.
Observando ese farol que ilumina cada uno de mis pasos, llego a la conclusión que si he quedado aquí, es para poder establecer estas conexiones mágicas que traen pequeñas dosis de paz a mi alma.
Tesoro, sabés que sos el pilar fundamental que me sostiene.
Debo continuar en contra de mi voluntad, habitando suelo terreno.
Quiero que sepas que los sueños permanecen intactos.
En algún momento serán realidad tangible.
Debo esperar.
Ignoro cuanto tiempo demandará esa carga pesada.
Con tu ayuda puedo sobrellevarla.
mientras el tiempo transcurre como quiere, muchas veces demasiado lento, te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=lQzL5Biq78k
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