VENTANA AL CIELO

Más allá del frío reinante siempre abro un ventanal en especial.
La vista que observo es tan bella como misteriosa.
Un lago de aguas azul profundo que se mantienen quietas pues el viento no las enoja encrespándolas
En la otra orilla, el comienzo de una cadena montañosa de escasa altitud.
El contraste, entre ambas márgenes es majestuoso.
De un lado las viviendas, algunas se ocupan solamente en la época estival.
Del otro el silencio casi trágico de las piedras desnudas que se yerguen separando estados.
También puede ser que separe la vida de la no existencia.
Nadie ha podido comprobar qué puede encontrar detrás de las silenciosas cadenas montañosas.
Como no creo que la muerte sea el final de la vida, sino el principio de vida en otras dimensiones, me gusta dirigir mis pensamientos hacia el cielo que en esta mañana de invierno helado tiene un color celeste intenso.
Ello hace que la ventana el espacio ideal para encontrar una de las tantas entradas que tiene el firmamento.
Sé que estás allí, observándome sin perderte detalle.
Te has convertido en el vigía más experto por conocernos tan bien.
Conocés mis estados de ánimo.
Desde tu ausencia nada me produce estar contenta, al contrario cada día pesa toneladas que no puedo cargar.
El llanto es recurrente.
No puedo evitarlo.
Sos el último pensamiento antes de entregarme al sueño, te digo cuanto te quiero y lo mucho que te extraño.
L despertar sucede lo mismo.
Las primeras letras que pronuncio son las de tu nombre.
Este octavo mes del calendario que acaba de comenzar, es el peor de todos los anteriores y posteriores.
Entiendo que recibiré tu ayuda para afrontarlo de manera un poco más tranquila.
No podré dejar de revivir cada uno de los días que pasamos internados hasta el final.
No temas, nunca serás un recuerdo, estás vivo en mi alma.
Siento tu compañía en los momentos que más te necesito.
Sos el único capaz de levantarme.
Prontamente desplegás tus alas para evitar la caída o bien amortiguarla.
Gracias a tu paciencia mi salud, lentamente va mejorando, han quedado algunas señales, producto del gran dolor.
Eso, también pasará.
Sonrío al escucharte repetir una y otra vez tu legendario “Nada dura para siempre”
Palabras certeras nacidas en la mente del ser más luminoso que conozco.
El deseo de verte prontamente no se ha extinguido.
Es una necedad inconmensuable tener la posibilidad de darte un beso.
Casi tres años sin poder hacerlo, hieren los abismos que nacen en el alma, posteriores a heridas que nunca sanarán.
¿Qué me faltó hacer para que siguieras aquí?
¿Qué hice mal para recibir semejante castigo?
No me conforma que todos los seres digan que algún día dejaremos suelo terrenal.
Lo sé.
Hasta el último día de mi existencia repetiré “Los hijos no deben morir”.
Tesoro, la espera es tan pesada como tediosa.
Debo aceptar en contra de mi voluntad, que no tengo demasiadas alternativas.
A diario crecen mis expectativas por encontrarnos a la brevedad.
Quiero abrazarte como antes.
Sentir la tibieza de tu piel.
Volver a dialogar utilizando las miradas.
Reflejarme en la belleza de tu mirada.
Es mi mayor anhelo.
Monótono y monotemático el tiempo, repite la misma letanía, aun no es mi hora.
Mientras espero, no dejaré de pedirte que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=eXaMWw213wo