Desde las sombras regreso.
El disparo logró que el corazón estallara en mil pedazos.
No puedo definir si estoy en el cielo o el infierno que tan bien describieran las letras de Dante.
¿Sabes qué es el infierno?
No, no tiene llamas eternas.
Puedo asegurarte que es un lugar helado donde mueren las pasiones.
Allí se sepultan los sentimientos terrenos.
Pinté, pinté, hasta que el alcohol ahogó los pinceles.
En vida no conocí los colores, el licor me llevaba por los caminos menos esperados.
Tengo vagos recuerdos.
Reproducí en la tela girasoles, amarillos como el sol que nace cada mañana.
Loco de ausencias pude retratarla.
El vestido etéreo se movía con la brisa parisina.
Rosados que viven en mi mente, abrazos perdidos.
Besos insípidos que jamás serán correspondidos.
Agito los brazos como si fueran las aspas del viejo molino, engalanado con la bandera de la patria que me adoptara.
Claude me pide que deje de tomar.
Idiota.
¿No sabe cuánto sufro por no tenerla?.
Antes de apuntar directo al corazón visitaré ese paisaje cargado de nostalgias.
Ella, siempre ella.
Mueran los colores que están en mi paleta, tal como murió su mirada.
Su boca.
¿Qué puedo decir ?
Bebí de ella como una bestia hasta saciar mis instintos.
La dejé ir, con sueños sin cristalizar.
Las manos yertas son incapaces de convocar las caricias.
Como un fantasma me acompaña, se pierde en la nada.
Nada es lo que me queda de vida.
¿Mañana?
No tengo tiempo de pensar, es incierto.
No puedo cargar con este amor desesperado.
Sangre en mis manos.
Escribiré por última vez su nombre.
Rojas las letras, iguales a sus labios con sabor a despedida.
¿Quién es capaz de soportar a un loco enamorado?
Pude haber elegido las aspas del molino para que me llevaran al cielo de los justos.
¿Sabes tu qué es la justicia?
No, para mi no existe.
Solo, ahogaré la soledad de los necios.
La copa de cristal que contiene mi bebida se hará añicos ante ese molino que era una promesa vestida de tragedia.
Las rejas de la mansión que ocupo son tan negras como mis pensamientos.
Mis cuadros serán los que inspiren a Pablo, su molino tendrá vida y colores.
El caño frío del revolver me espera, entre tantas cosas que perdí, pude elegir con libertad mi propia muerte.
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