Querida hermana:
Hoy supe que en muchos lugares del planeta se celebra el día de la hermana y la amistad.
Por mi cuenta voy a incluir a esos hermanos y hermanas que me regaló la vida.
No conozco sus rostros ni sus voces, solo los imagino.
Aprendí a quererlos, por sobre todas las cosas ha respetarlos.
Percibo las sonrisas de aprobación o la mueca que se dibuja en la cara ante los errores involuntarios que cometemos por el solo hecho de ser humanos.
Caro, sabés que la distancia me permite compartir tiempo extra.
Conocés como nadie que me gusta machacar el teclado con letras desordenadas hasta transformarlas en un cuento.
Estoy escuchando música, esa que me permite transportarme a tu lado para abrazarte, para que sepas que estás siempre en mis pensamientos.
Me gusta verte reír cuando recordamos pasajes de nuestras vidas.
Cuando pequeñas disputábamos por la misma muñeca, esas a las que le confeccionabas vestidos con tus habilidosas manos, mientras elaborabas la vestimenta, yo empezaba a escribir mis garabatos.
Las primeras vacaciones en la costa.
Siempre me preguntaste por qué me gustaba tanto el mar, en aquel momento no tenía respuestas, me agradaba y listo, terminante.
Hoy puedo decirte que lo observo desde otra perspectiva, me conmueve ver el sol sacándose su vestido de agua salada.
Imagino que puedo ser como la gaviota que acompaña las coloridas embarcaciones de los pescadores, temprano parten sin saber si llegarán a destino.
Muchas veces Poseidón sin preguntar nada se los lleva al fondo del océano, desconociendo que en la tierra de a poco comienzan a morir los sueños de los que esperan.
El amor fraterno ignora los almanaques, es un ida y vuelta que se alimenta cada día de nuestro destino.
Estás lejos, la red permite que nos acerquemos, se que entendés que no me gusta usar la famosa camarita, me produce angustia no poder tenerte cerca, que sientas la tibieza de una caricia.
Hoy quiero decirte que con una lágrima recuerdo a los amigos que partieron acompañados por el perfume de las rosas.
Los despedí con llanto en su vuelo eterno, allí estabas para contenerme.
Me costó comprender que Dios a veces necesita ángeles que lo acompañen.
Aferrada a sus recuerdos los dejé partir, era otro el destino que tenían diseñado.
Hemos crecido, los avatares de la vida han forjado nuestro carácter.
No olvides hoy y siempre decirles a tus hermanos y amigos cuanto los amas.
http://www.youtube.com/watch?v=zWFtlqZJ6i8
Por mi cuenta voy a incluir a esos hermanos y hermanas que me regaló la vida.
No conozco sus rostros ni sus voces, solo los imagino.
Aprendí a quererlos, por sobre todas las cosas ha respetarlos.
Percibo las sonrisas de aprobación o la mueca que se dibuja en la cara ante los errores involuntarios que cometemos por el solo hecho de ser humanos.
Caro, sabés que la distancia me permite compartir tiempo extra.
Conocés como nadie que me gusta machacar el teclado con letras desordenadas hasta transformarlas en un cuento.
Estoy escuchando música, esa que me permite transportarme a tu lado para abrazarte, para que sepas que estás siempre en mis pensamientos.
Me gusta verte reír cuando recordamos pasajes de nuestras vidas.
Cuando pequeñas disputábamos por la misma muñeca, esas a las que le confeccionabas vestidos con tus habilidosas manos, mientras elaborabas la vestimenta, yo empezaba a escribir mis garabatos.
Las primeras vacaciones en la costa.
Siempre me preguntaste por qué me gustaba tanto el mar, en aquel momento no tenía respuestas, me agradaba y listo, terminante.
Hoy puedo decirte que lo observo desde otra perspectiva, me conmueve ver el sol sacándose su vestido de agua salada.
Imagino que puedo ser como la gaviota que acompaña las coloridas embarcaciones de los pescadores, temprano parten sin saber si llegarán a destino.
Muchas veces Poseidón sin preguntar nada se los lleva al fondo del océano, desconociendo que en la tierra de a poco comienzan a morir los sueños de los que esperan.
El amor fraterno ignora los almanaques, es un ida y vuelta que se alimenta cada día de nuestro destino.
Estás lejos, la red permite que nos acerquemos, se que entendés que no me gusta usar la famosa camarita, me produce angustia no poder tenerte cerca, que sientas la tibieza de una caricia.
Hoy quiero decirte que con una lágrima recuerdo a los amigos que partieron acompañados por el perfume de las rosas.
Los despedí con llanto en su vuelo eterno, allí estabas para contenerme.
Me costó comprender que Dios a veces necesita ángeles que lo acompañen.
Aferrada a sus recuerdos los dejé partir, era otro el destino que tenían diseñado.
Hemos crecido, los avatares de la vida han forjado nuestro carácter.
No olvides hoy y siempre decirles a tus hermanos y amigos cuanto los amas.
http://www.youtube.com/watch?v=zWFtlqZJ6i8
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