Vive en cualquier lugar.
Es esa niña mujer que despierta pasiones inconmensurables.
Su voz es igual a los trinos melodiosos de un pájaro en búsqueda de su nido.
La encontré escalando un cerro, su cúspide estaba ornamentada por nieves eternas.
Tenía miedo.
Acostumbrada a los vestidos vaporosos no se hallaba cómoda con el traje negro.
Le dije que los pantalones no le quitaban frescura, muy por el contrario resaltaban las primeras curvas en el cuerpo de una adolescente que quiere despertar a la vida.
Ajusté el arnés a su delicada figura.
Sería su guía en la exploración del Cerro Blanco.
El pasamontañas oscuro, era el marco perfecto para su carita cincelada por un escultor.
Cada palabra que pronunciaba era música para mis oídos acostumbrados a escuchar el silencio.
La guié con ternura .
Embelesada observaba las gramíneas que crecían en un suelo inhóspito.
Pude mirar sus lágrimas transparentes.
El viento como un látigo helado azotaba su rostro.
Llegamos al primer descanso.
Las carpas de los alpinistas coloreaban las montañas.
Cuidadosamente la liberé de las ataduras que utilizan los que aman el alpinismo.
Necesitábamos abrigar nuestros cuerpos.
El humo del café se escapaba hasta casarse con las nubes.
Días después, hicimos cumbre.
Las imágenes no podían competir con su belleza.
Con una rama escribió el nombre de la persona que amaba.
Desfallecí.
Muerto de celos le robé un beso, sabía que no sería correspondido.
Un rayo atravesó el cielo, los celestes límpidos mutaron al negro.
Desplegó alas imaginarias para descender.
Estoy solo.
Camino por la playa desierta, la busco en cada jovencita que deja sus huellas en la arena.
Nunca supe su nombre.
Allá, cerca del cielo no me atreví a preguntárselo.
Quise soñar mil sueños compartidos con ella.
Nada de eso ocurrió.
Camino, jamás dejo de hacerlo.
Quiero encontrarla.
No cesaré jamás en la búsqueda de los recuerdos.
Atrevido el viento se lleva mi bufanda.
A pocos metros la encuentro.
La cresta de las olas que mueren en la playa, la empapan.
Curiosamente forman una letra.
A partir de ese instante mis sueños se corporizan.
La abrazo hasta que las caricias se pierden en la nada.
Arrodillado en la playa,ruego.
Le otorgo un nombre que fue capaz de inspirar las más hermosas letras.
Mi ángel se llamará Noelia.
Espero que extienda las alas en un abrazo eterno.
No llega.
Comenzaré a ver todos los pasajes de mi vida vacía.
Despojado de todo, solo , atrapado en la soledad que duele,pienso en ella.
http://www.youtube.com/watch?v=Emq1bp07kC4&feature=related
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