Sunday, October 09, 2016
CREPÚSCULIS Y SOLEDADES
Octubre regala días diversos.
Vientos apurados mueven las hojas de los árboles como queriendo arrancar todo aquello que encuentra a su paso.
Octubre obsequia atardeceres mágicos, el sol se esconde detrás de los cerros.
Violetas y magentas cubre lánguidamente la esfera celeste.
No es habitual que a esa hora una mujer camine por la arena de una playa, el rumor del mar agita los recuerdos.
No quiero alcanzarla, mi deseo es saber hacia donde dirige sus pasos.
Una rama posada sobre la arena le sirve para escribir el nombre de su hijo.
La evocación es constante, no le importa si la marea borrara las letras de ese nombre tan significativo para sus sentimientos.
Ha caminado bastante, los colores del crepúsculo se van esfumando.
Aparecen las primeras sombras de la noche.
Me ha divisado, me acerco para preguntarle por qué está caminado por un lugar que conlleva ciertos peligros para una mujer sola,,
Dice que ha pasado por todos los estadíos del miedo cuando en un pasado reciente cuidaba a su hijo enfermo.
Siente algo de paz pues estuvieron juntos hasta el final.
Entonces inventaba historias para que su muchachito recordara otras playas que le fascinaban.
Ke pido que subamos por la escollera que lleva al puerto, el no es rotjndo solo quiere caminar unos metros más para encontrar la imagen de una Virgen cerca de donde los pescadores anclan sus pesqueros.
No conozco ese lugar sin embargo la siga, su deseo de llegar a ese sitio alimenta mi curiosidad.
Ascendemos por una escalinata de madera, la marea alta suele cubrirla con su espuma blanca, me dice que son las olas que no han querido morir en la playa.
Encontramos un pequeño bosque, en el inicio los árboles se abrazan formando un techo natural de hojas rojizas,
Casi escindida entre las plantas se erige la imagen de la Virgen de la Candelaria.
El lugar es pequeño, cuidado con prolijidad.
Relata que son las mujeres de los pescadores quienes la mantienen en perfecto estado mientras sus esposos se alejan del pierto buscando los frutos del mar.
Mientras ello ocurre las mujeres se ocupan de la conservación de ese peqieno santuario.
En una canasta hay diversas flores, cualquiera puede tomar la que prefiera, solo se pide a quienes lo hagan que no olviden reponerlas de esa forma la imagen de La Candelaria siempre tendrá sus ofrendas.
Elige una rosa blanca, pide por el eterno descanso de su hijo amado.
Una vez por semana concurre un sacerdote para orar por el regreso de los pescadores, no tiene un día determinado para elevar sus rezos,
Cuenta una de las mujeres que el cura lesha dicho que no es necesario rezar las oraciones tradicionales para pedir por el regreso de quienes se encuentran en alta mar.
Solo hace falta conversar con Dios de manera colonial para pedir por los seres queridos.
La mayoría regresa a esta hora, otros no han tenido la misma suerte y la tempestad que suele desatarse en aguas abiertas logra despertar a Poseidón, el Dios de las aguas que se los lleva con él hasta desconocidas profundidades.
El relato de estas señoras es tan real y sencillo que conmueve hasta las lágrimas.
Emprendemos el regreso, la tomo del brazo para evitar una caída en un suelo inseguro, agreste.
Un destello de luna será nuestra guía.
La constelación de Orión seá nuestra brújula.
Las luces de la ciudad enceguecen a quien ha estado bastante tiempo en la oscuridad.
Los carteles de neón iluminan la calle principal.
Ella comenta que desde la partida temprana de su hijo la oscuridad sin ser invitada la acompaña siempre.
Añora el pasado reciente, percibo que aún su alma sangra por el dolor.
Siento impotencia al no poder brindarle consuelo.
Anhelo que en un futuro cercano el tiempo comience a curar sus heridas.
Pareciera haber adivinado mi pensamiento pues dice que el tiempo no es capaz de restañar las heridas del alma.
No muestra signos de cansancio, rechaza ir a una cafetería, solo acepta una botellita de agua.
Comenta que ese lugar para ela era desconocido, inclusive para algunos lugareños.
Fue su hijo amante de la naturaleza quien lo descubrió por casualidad.
Exaltado llegó a la casa, no tenía en cuenta la hora, quería mostrarle a su mamá su descubrimiento.
Casi sonríe al recordar que la tomó de la mano para mostrarle el pequeño refugio donde se emplaza la imafen de La Candelaria.
Estaba tan feliz que resultaba imposible no seguirlo.
Ese chico que se adelantaba al tiempo así como dos meses antes de morir le preguntó a su madre ¿Qyé harías si te quedaras sola?.
Una pregunta pronunciada al pasar, de manera displicente, la respuesta de su madre fue ”moriría atrás tuyo”.
Debe ser trágico presentir la llegada de la muerte, anticiparse a los hechos, ese muchachito sabía de los inmediatos aconteceres.
Ella no pudo participar en el último viaje de su hijo.
Me pregunta de manera obsesiva si su hijo se habrá dado cuenta de todo el amor que ella sentía y siente por él.
Es tan profunda la pregunta que no me atrevo a decirle que sí, que ese chico lleno de luz conocía a la perfección el amor de su madre.
Hemos llegado a destino.
Nos despedimos con un abrazo, sé que necesita demasiados para seguir caminando por la vida sin saber por qué y para qué.
Siento que puedo ayudarla a emerger del abismo en el que se encuentra por ello ahora me dirijo a vos, ser de luz.
Preciso de tu ayuda para que nada provoque un derrumbe de consecuencias inesperadas.
Te pido perdón por mi osadía al pedirte que nunca olvide cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=hW9PUzl7j9w
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