SOBREVIVO EN SILENCIO

La encuentro más apesadumbrada que en otras ocasiones.
No sé si preguntarle si tiene deseos de contarme cuales son sus pensamientos.
Siempre la he visto pálida hoy su rostro pareciera tener transparencias.
Conozco el motivo de su angustia incesante la pérdida de su hijo le asestó el peor de los golpes que puede recibir una madre.
Por lo que me ha contado tenían una relación demasiado especial, más que madre e hijo eran amigos y cómplices de la vida terrena.
Quiero sacarla de ese silencio letal en el que está sumida aún cuando su muchachito con su luz la sostenga pues no quiere verla aún más vencida.
Desde el espacio celestial ella tiene la certeza de que su amor sesgado por la tragedia está pendiente de ella como antes.
¿Cómo era antes?
Me cuenta que siempre fue reservada, la vida le enseñó a callar aquello que pudiera causar sufrimientos innecesarios en el otro.
Evoca con nostalgia que con su hijo hablaban de todos los temas sin ningún tipo de reservas.
Solo el último tiempo en comunión ambos decidieron no abordar el tema del final que ambos presentían.
Simulo no ver esa lágrima cristalina comenzando a abrir surcos en su rostro.
Me dice que aquellas que derrama en soledad sirven para lavar las profundas heridas del alma que causa la ausencia del ser que más amó en su vida.
Expresa que si antes era una mujer de pocas palabras ahora éstas no tiene a quien decirlas.
Sabe que cuenta conmigo, con el abrazo que puede morigerar sus penas, entiendo que no son los que anhela sin embargo pueden ser un mínimo paliativo para ese dolor que vivirá con ella mientras transite este suelo.
Sé por sus palabras que admira todas las artes, escribir es un don que pocos tienen, hoy no puede valorarlo como ayer.
En un pasado reciente compartían gustos con el ser de luz que trajo a la vida si avizorar ni en sueños que esa vida sería tan efímera como la existencia de las mariposas.
Expresa que nada le llama la atención ni siquiera los paisajes soñados reflejados en sus letras.
En el día a día le resulta igual si llueve o el sol muestra destellos brillantes que son sinónimo de vida.
Para ella todo es igual, sonríe cuando su hijo le decía que hablaba demasiado.
Los designios de la vida han decretado que el silencio sea su tenaz compañía.
Pienso sin decirlo que debe ser terrible no poder hablar con casi nadie, ello me lleva a entender el motivo de sus letras desde hace casi catorce meses dedicadas a su hijo.
Aún no sabe la calidad de mis sentimientos, no es tiempo para decirle que el cariño entre dos amigas ha crecido, también la admiración por su valentía de seguir aún cuando no tenga deseos de hacerlo.
Su apariencia es frágil como las de un pájaro con las alas quebradas, en el fondo de su ser vive una guerrera silenciosa que pocas veces tiene con quien conversar.
Debe ser duro transitar el misterioso mundo donde solo reina el silencio.
Quisiera tener más tiempo para dedicarle, no me importa que siempre el tema central de nuestras charlas sea la partida de su ángel guardián.
Comprendo su soledad aciaga, sabe que cuenta con mi compañía aún cuando ella esté sumergida en su propio averno.
Me resulta difícil describir sus estados de ánimo que no ofrecen demasiadas variantes.
Llama mi atención cuando me revela que puede pasar varios días sin conversar con nadie,
Soy conciente que una charla no es un monólogo.
¿Será que el tiempo vertiginoso como la tempestad impide no solo hablar sino también escuchar la palabra del otro?
En esta vida todo es pasajero, quiere a su familia chiquita sin que ella lo diga deduzco que la indiferencia es un golpe duro de asimilar.
Ha decidido buscar ayuda profesional para no hundirse en el fondo de un abismo del que muchas veces es dificultoso emerger.
Tengo la certeza que ha optado por el camino correcto.
Tal vez algún día pueda escuchar el sonido de su risa, mientras espero que ello ocurra le pido a su hijo que me perdone el atrevimiento por solicitarle que jamás olvide cuanto lo quiere su mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=u8CV75F33z0