ETERNAMENTE A TU LADO

Coincidiendo con el día de la madre tierra quiero contarte que en Grecia antigua Gea era consagrada como tal y también deidad protectora de todas las madres,
Así lo dictaminó su esposo Zeus.
En la Época dorada de aquella cultura más tarde fue venerada como diosa de todas las madres Afrodita.
En todas las culturas siempre existió una deidad consagrada a las madres terrenales.
En la cultura Siria era reconocida como Astarté.
Podría escribirte el nombre de todas sin embargo mi intención no es llevarte información sino que anhelo que mi amor maternal pueda llegar a la eternidad en la que temporalmente no estamos juntos como antes.
Toda mamá que ha sufrido la tragedia de perder a su hjo sabe que por más que se imponga la distancia, un hijo jamás muere en el corazón de esa mamá..
Han pasado casi veinte meses desde tu partida, pese a ello cada día que pasa te siento más cerca de mí.
La distancia no puede quebrar un amor tan puro e incondicional como el que siente una madre en circunstancias tan dolorosas que cambian la razón de existir.
Todo se convierte en atemporal.
No existe segundo del día que no se recuerde al hijo que ya no está por la sencilla razón que ese hijo pasa a ser parte de nuestro espíritu y hasta que se produzca el ansiado reencuentro siempre estará alojado dentro de su mamá.
No pregunto más por qué partiste, necesito saber para qué quedé yo sumida en un mar de turbulencias de las que vos me ayudás a emerger.
Resulta difícil adjetivar la muerte de un hijo sin caer en lugares comunes, tales como tortura o calvario.
Por alguna razón que mi mente no desea reconocer el destino te llevó de mi lado.
Tengo la certeza que sos quien me toma de las manos para ayudarme a salir de abismos oscuros que no tienen fin.
Tu luz logra que renazca cada día al despertar sin saber muy bien para qué o por qué.
Mis pensamientos van y vienen como las olas del mar que dejan su corona de espuma blanca sobre cualquier playa del orbe.
En esos pensamientos en ese ir y venir incansable sé que en la costa me esperarás aún cuando no pueda hacer lo más normal del mundo que sería correr a tu encuentro para confundirnos en un abrazo sin fin.
Duele tener que guardar los besos que son tuyos pues no te los puedo dar.
Martiriza que las caricias que también debo esconder mueran en la palidez de mis manos cuando sos el dueño y destinatario de aquellas.
Un estudioso de Teología con el que suelo hablar en forma frecuente me decía no te preguntes por qué sino por qué no.
Produce flamígero dolor invertir la pregunta.
El fuego que toma como prisionera el alma se niega a reconocer que ninguna madre está exenta de pasar por circunstancias tan adversas.
Sabés como yo que eso no me conforma y no es por soberbia sino por la necesidad de hacerte sentir todo mi amor.
Cuando estábamos juntos tenía fanatismo por los relojes.
No los odio ni los desprecio, solo quisiera ser como ello para macerar las manecillas que marcan el tiempo.
He asumido que debo esperar en contra de mi férrea voluntad que debo espera mi momento.
Solo Dios sabe la fecha de vencimiento de cada mortal.
Mientras esperamos solo te pido como siempre que nunca olvides cuánto te quiere tu mamá.

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