ROSAS PARA TU ETERNIDAD

En la Edad Dorada de Grecia antigua nació una niña muy bella hija de Zeus y Deméter.
El día de su nacimiento según la mitología griega florecieron en los lugares más insólitos las rosas más bellas de las que se tenga memoria-
La pequeña doncella fue bautizada con el nombre de Perséfone.
Al notar su amor por la naturaleza su padre le concedió varios dones.
Sería deidad de las plantas, agricultura y los rosales que la fascinaban.
Su belleza innata aumentaba día a día, siempre se la veía acompañada por las hadas que participaron de su nacimiento.
Siendo una adolescente fue raptada por el Rey Hades convirtiéndose en reina del inframundo.
Ello le posibilitaba estar muycerca de las almas de los muertos con la capacidad de poder resultarlos según la vida que hubieran llevado los convertía en seres inmortales.
Su vida era pacífica pese a los celos de su marido, tenía solo dos amigas Atenea y Artemisa, en la Odisea es nombrada como la reina de hierro igual que en el himno de Homero.
En la cultura romana era conocida con el nombre de Proserpina.
Muchos se preguntará por qué cuando te escribo nombro a seres de la mitología griega o romana.
La razón es sencilla a vos te gustaban esas historias donde la realidad de antaño se mezcla con la fantasía.
Hoy elegí a Perséfone pues ella tuvo la capacidad o don natural de cuidar el alma de quienes habían partido.
Don que le transfirió a su hijo Orfeo que también como su madre amaba la música.
Me hubiera resultado trasladar a estas dos deidades al mundo actual.
Un imposible pese a que hubiera querido que jamás partieras de mi lado.
Quizás sea entendido por quienes acceden a la lectura de estas letras desordenadas que es un acto de egoísmo, dado que todos los terrenales venimos al mundo con el libro del destino con solo una palabras en el comienzo,
El resto de las hojas se va completando a medida que pasa la vida.
El dolor que siento es demasiado profundo como para explicarlo con palabras que puedan llegar a todos.
Solo aquellas mamás que han pasado una experiencia tan traumática como la pérdida de un hijo pueden comprenderme.
Siendo tan joven, vital y luminoso me enseñaste a ser agradecida.
Descubrí que la palabra gracias es demasiado pequeñita para representar el sentimiento sobrecogedor hacia mi familia chiquita.
Ellos dicen que con eso alcanza.
No para mí cuando escuché tus palabras quedas pidiéndoles que me cuidaran si a vos te pasaba algo.
Ese algo era el final que ambos presentíamos y decidimos callarlo.
Era demasiado el daño que le había hecho a tu cuerpo como para pensar en un final inminente.
Mientras viva no voy a perdonar a quienes te lastimaron y aquellos que ignoraron tu pedido de auxilio para mi no existe.
No es por ánimo de venganza ni nada que se le parezca.
Me produce lástima que no hayan querido escuchar que te internabas pues estabas enfermo.
Soy de tomar resoluciones drásticas cuando la angustia me toma como prisionera, esas personas que te ignoraron para mi no existen ni en el presente ni en el futuro.
Me duele el alma cuando comprobé que tu inteligencia iba más rápido que tu pensamiento.
No puedo dejar de derramar una lágrima cuando en el mes de junio me preguntaste al pasar qué haría yo si no te tuviera.
Mi respuesta fue entre medio de llantos y abrazos interminables contestarte que moriría detrás de ti.
No se dio y quedé aquí en medio de los terrenales sin saber muy bien por qué o para qué.
No te preocupes mi vida adorada todas esas preguntas que hoy como una daga filosa atosigan mis heridas tendrán respuesta el día que esté a tu lado para poder darte uno de los tantos besos y caricias que tengo guardados.
Vida de mi vida mañana se cumplen veinte meses de tu ausencia física.
Sabés que te extraño y necesito como nunca antes añoré a nadie.
Soy consciente que debemos esperar sin saber qué tiempo demandará la espera.
Mientras monótono transcurre el tiempo solo puedo pedirte que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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