Gea fue la Diosa más importante del Olimpo Griego,
Consagrada como la Diosa de la Madre Tierra y de los Cielos, tuvo varios hijos entre los más reconocidos está Cronos y Urano Dios de las Estrellas.
En la cultura romana se la reconocía como Tellius Mater.
Hoy la recuerdo a ella no solo por la importancia que tuvo como deidad venerada por todos sino porque fue una prolífica madre incluyendo a Urano a quien convirtió en estrella para que la acompañara cuando ella se alejaba de la tierra.
Urano fue concebido solo por Gea.
Ciando fue adulto fue el esposo de su propia madre con ella fueron padres entre otros de Nixt la diosa venerada por la noche.
Estoy sentada desde hace varias horas sobre la altura de los acantilados.
Desde allí puedo observar con mayor definición la belleza del mar, si inmensidad que en un punto lejano se confunde con el horizonte.
La majestuosidad del paisaje me acompañamiento al aleteo de las gaviotas que no detienen s vuelo que pareciera eterno.
Antes del atardecer llega Laura, me dice que pasó por casa, al no encontrarme imaginó en qué lugar estaba.
En minutos armó una canasta con viandas y refrescos.
Cuando la ví me produjo confort.
Ella sabe que aún es pronto para que pronuncie la palabra felicidad.
No existe en mi vocabulario desde que se produjo tu triste partida.
Como siempre Laura me abrazó con esos abrazos que le dan calor al alma.
Preguntó si pasaría más tiempo en el lugar, respondí que cuando viera el primer destello de la Luna partiríamos.
Extendió un mantel a cuadros sobre el césped, había traído alimentos como para un batallón, no quise despreciarla, acepté u bocadito salado y refresco. Para calmar la sed.
El espectáculo de la naturaleza parecía una pintura del artista más excelso.
Ambas lamentamos que Vincent Van Gogh no haya pintado atardeceres.
El que presenciamos excedía ampliamente la belleza de una pintura.
El sol comenzaba a sumergirse en el agua.
Las primeras estrellas aparecieron en el firmamento a esa altura del anochecer el cielo estaba de un tono parecido al azul oscuro.
Hacia el oeste podían verse pinceladas púrpuras y violetas.
Definitivamente el crepúsculo se alejaba hasta el día siguiente.
Laura me tomó del brazo extendiendo el suyo hacia el este.
No era una nueva constelación de estrellas, entre tanto brillo encontré tu mirada bella.
Callé como otras tantas veces para que no pensaran que he perdido la razón.
Por suerte Laura estaba a mi lado para describir aquello que veían sus retinas.
Afirmó que esa constelación estaba distinta a otras veces, la mirada que aparecía entre las estrellas era la tuya. Idéntica a la imagen del fondo de pantalla que tiene esta PC.
Agradezco tener una testigo privilegiada que vio lo mismo que yo, tu mirada entre las estrellas.
Sabrás que poco me importan los motes que me adjudiquen.
Sé quien soy, un ser humano sumamente reservado que a pocas personas les muestra sus sentimientos.
No necesito mirar el cielo para verte en las estrellas.
La luz de tu mirada me acompañará igual que vos todos los días de mi vida.
Te quiero y en nombre de ese amor tan profundo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu maá-

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