Wednesday, April 19, 2017
RECUERDOS DEL AYER NO LEJANO
Los dioses Ourea eran reconocidos por dos cualidades, una por ser primordiales custodios de las montañas que están cercanas al Olimpo, la otra una contradicción se los veía como seres demoníacos.
Su aspecto corpóreo era como el de los ancianos con larga barba que moraban al pie de las montañas.
Todos eran hijos de Gea y se creía que su padre y a la vez hermano era Urano.
Condición que los hacía hermanos de Etna, Vulcano y otras deidades que como misión tenían a su cargo vigilar a quienes escalaban los cerros, tomando presencia humana para advertirlos de las dificultades que conlleva escalar cerros y montañas sin conocimiento previo, evitando de esa manera perdieran la vida antes de alcanzar la cima de aquellos.
Esta evocación me remite a muchos viajes que hicimos juntos.
Recuerdo especialmente una visita al Cerro Tronador.
Antes de llegar a los pierde la montaña el bus que nos llevaba en las excursiones pasó primero por los glaciares negros.
Imágenes tan bellas que es imposible olvidarlas.
Posteriormente el vehículo se detuvo frente a un lago de aguas tan quietas como azules.
En días soleados el Tronador se miraba en el agua como si fuera un espejo.
Era la última excursión de ese viaje.
Estabas cansado antes de salir, te propuse suspender esa excursión al ver tu carita como diciendo “no doy más”.
Te negaste rotundamente, al día siguiente emprenderíamos el regreso.
En el refugio del cerro en una cabaña de madera almorzamos como si fuera la última vez.
Pese a tu cansancio, natural en un chico querías llegar al pié del cerro.
En ese instante te sugerí que camináramos poco.
Conocía demasiado cuando el sueño te quitaba fuerzas.
Salimos del restó y pese a tu insistencia y valentía decidí no llegar al cerro de las nieves eternas.
Caminamos por el lugar.
Como era tu costumbre tomaste mil fotos.
El silencio solo era interrumpido por la melodía de los pájaros que nos brindaban un concierto privado.
Nos sentamos al borde del brazo de un lado.
En ambas márgenes bellas t coloridas flores obsequiaban exquisitas fragancias.
No eran las gramillas típicas que aparecen antes de escalar un cerro que luego muestra su cuerpo desnudo de piedra, eran flores como cualquiera de las que conocemos,
Parecían haber sido plantadas por la mano del hombre.
Nunca olvidaré que transcurría el mes de febrero por lo tanto el clima era benevolente.
Te propuse descansar un rato sin saber que te quedarías dormido sosteniendo mi mano.
Horas después emprendimos el regreso al hotel.
El chofer del micro a mitad de camino detuvo su marcha para auxiliar a dos pasajeros que se habían quedado sin comestible en una zona inhóspita.
Como todo caballero que se precie de tal ofreciste tu asiento.
Rehusaste utilizar la mitad de mi espacio.
Por fin llegamos a nuestro alojamiento.
Te pedí que durmieras hasta la cena, que no cerraras la puerta de la habitación pues tenía que ir a la casa de cambios y no demoraría más de quince minutos.
Como siempre tu respuesta fue “si ma andá tranquila”.
No demoré más tiempo del pautado.
Al llegar encontré la puerta de la habitación cerrada con las llaves puestas.
Creí morir, no respondías a mis llamados.
Inmediatamente el conserje del hotel se acercó, para aumentar mi preocupación me dijo que de esa habitación no tenían otra llave.
Al ver mi cara de espanto me tranquilizó, habías dejado la ventana abierta.
El empleado pasó por la ventana del pasillo del hotel enganchándose a la ventana de nuestra habitación.
Abajo el vacío.
Te encontramos durmiendo plácidamente.
No entendías al despertar semejante movimiento y la cantidad de personas que me acompañaban.
Creí que te perdía, te abracé con todas las fuerzas desahogando mi llanto ante un supuesto peligro.
Agradecí poder abrazarte con fuerzas.
Chiquito me perdiste perdón por el susto.
Un ser pletórico de luz puede disculparse ante circunstancias adversas.
Hoy que no te tengo f´sicamente tengo la certeza que jamás repetiría a un viaje a un lugar que conocimos juntos.
No tengo ganas de emprender más que un solo viaje y será el que me permita reunirme con vos para abrazarte y darte los besos que obligadamente tengo guardados.
Te amo más que a nadie, estoy conforme con mi refugio y mi familia chiquita, el resto es secundario.
Hijo de mis entrañas como siempre te pido que nunca te olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=a4KsBjy4Rvo
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