He decidido viajar en el tiempo para encontrarme con Morfeo Dios de los Sueños, hijo de Hipnos quien le transfirió sus poderes y de Nixt (la noche).
No me resultará fácil reconocer a la principal deidad de los Uniros.
Cuenta la mitología griega que pasaba sus días en una cueva rodeada de flores y su apariencia era alada.
Solo se corporizaba tomando la apariencia de un ser humano cuando regalaba sueños placenteros a reyes y emperadores.
Está presente en todos los mortales con el propósito de hacerlos soñar con los seres amados que ya no están en el mundo terrenal.
Homero y Idilio lo tuvieron presentes en sus obras magistrales.
El último en “La metamorfosis” revela que la deidad duerme en una cama de ébano rodeadote todas las flores que se puedan imaginar.
No es fácil llegar a ese lugar sin la ayuda de algún ser pagano que lo venere.
El camino hacia la caverna esta poblado de obstáculos que es necesario sortear.
Al llegar visualizo el principio de un bosque con especies arbóreas que jamás conocí.
A la vera de un brazo de agua serpenteante, crecen especies de colores que van desde el rosado al color fucsia.
El sendero se torna cada vez más angosto hasta que una caminante como noto siente que la respiración no es habitual.
Quien me acompaña a la caverna de la deidad nota mi dificultad.
Me induce a respirar el aroma de los árboles, ello ayudará a relajarme para poder llevarle mi pedido a la deidad.
Pregunto por que esos árboles de colores vistosos tienen perfume cuando carecen de flores.
Con una sonrisa responde que el mundo de los sueños es así.
Trato de disimular el cansancio,
Necesito tener la mayor lucidez cuando el dios de los sueños me reciba para llevarle mi solicitud.
Los primeros canteros repletos de flores exóticas nos indican que no hace falta demasiado tiempo para llegar.
Ingreso a la cueva, mi guía me dice que tenga confianza en la deidad pues mi sueño se hará realidad.
Lo encuentro sentado en la cama tal cual lo describiera Idilio.
Una lámpara de luz mortecina alumbra al gran hombre que se ha corporizado en ser humano.
Por ninguna parte se ven sus alas.
Notando mi curiosidad me dice que solo las usa para volar velozmente a cualquier rincón de la tierra para que los sueños dejen de ser una utopía y se conviertan en realidad.
Como todos los dioses griegos es sabio,
No tengo necesidad de relatarle mi triste historia.
Sorprenden sus conocimientos.
Sin que nosotros lo notáramos estuvo presente durante los quince días que estuvimos internados.
Al conocer tus padecimientos terrenos cada noche te regalaba un suelo placentero.
Relata que intentó hacer lo mismo conmigo pero no pudo al enfrentarse con mi resistencia de permanecer despierta para cuidarte.
Sus palabras son sabias y traen pinceladas de paz.
Me cuenta que los sueños aparecen solos son necesidad de ser convocados por la urgencia de una mamá que ha perdido al ser que trajo a la vida.
Con total certeza expresa las tres veces que tuve la dicha de solarte como si estuviéramos transitando el mismo plano terrenal.
Quiere que comprenda que en la eternidad los tiempos son diferentes a los de la tierra, que es muy pronto para soñarte a diario por la sencilla razón que aún estás alojado en mi corazón que no puede cicatrizar una herida tan grande que pese a los casi veinte meses transcurridos sigue sangrando.
Previene que con el paso del tiempo el fluido rojo atemperará su intensidad.
Le pareció positiva la conexión que establecemos a diario por esta vía, eso te sostiene en el mundo celestial como me sostenés a mi en el terrenal.
Me despide con su brazos alados, es la primera vez que observo a un Dios griego tal cual es..
Sostiene mi mano entre las suyas, me pide paciencia y bajar el nivel de ansiedad.
Antes que le responda me dice “Hija tu camino no es fácil, has perdido una parte de tu ser, reza para que ese muchacho pleno de luz te siga acompañando hasta que tu Dios indique que ha llegado la hora del reencuentro,
Por último no intentes apurar el tiempo todo llegará cuando deba ser”
Siento sus alas protectoras abrazándome.
El regreso a mi refugio será más tranquilo, solo debo esperar para soñarte.
Esperar para darte un beso.
Esperar para sumergirme en la belleza de tu mirada tan bella como profunda.
Esperar para decir que vuelvo a tocar el cielo con mis manos qUe no estarán vacías como hoy.
Esperar, tan solo esperar.
Mientras practicamos ese ejercicio te digo que te amo desde el fondo de mi alma y por enésima vez repito mis finales de siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=39DNaNAMKAU
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