Ella permanece colgada del cielo opacando con su belleza el fulgor de las estrellas que apenas se pueden ver potenciadas por la luz que emana, a veces, plata otras rojiza, dependiendo de los factores climáticos.
Como toda mujer es feliz mostrando so belleza, casi siempre desnuda para ser observada con toral intensidad.
Sobre la costa marítima, se yergue una mole de piedra, casi sierre anillada, mostrando en su cúspide un intenso haz de luz cuando el crepúsculo le da paso a los misterios nocturnos.
Es un faro solitario, que indica a los barcos la ruta marítima para llegar al puerto con la certeza de no encontrar obstáculos que pudieran poner en peligro los navíos que llegan a los puertos con sus carga de ilusiones.
La Luna y el faro son amigos desde hace tiempo, no podría identificar cuánto tiempo hace que se conoce.
Tienen una amistad fuera de los canónes normales.
Amistad que se parece demasiado a la nuestra.
Con la diferencia que entre nosotros dos existe un amor que en suelo terrenal no se puede dimensionar, por tratarse del sentimiento más puro que nace durante la gestación de un hijo.
El faro es gruñón.
En infinidad de ocasiones le reclama a la luna que asa demasiado tiempo, utilizando su propia luz para lucir tan hermosa como la vemos.
Afirmo que los he visto discutir fuertemente.
El faro suele quejarse por esos días que mensualmente ella no se deja ver y misteriosamente vuelve transformada en una pequeña media luna.
Es un juego que el hombre de cuerpo anillado no acepta o no desea entender.
Esos siete días en que la luna no se muestra está en fase nueve.
Cuando aparece delgada como si estuviera disuada con una fina pluma, está en cuarto creciente.
Nunca se pondrán de acuerdo.
En ese punto es lo que nos diferencia de la luna y el faro.
Nosotros podíamos discutir acalora damente siempre llegábamos a un acuerdo consensuando.
Ninguno de los dos se consideraba ganador o perdedor.
Todo se hablaba hasta arribar a la mejor conclusión.
Todo eso mi amor, es lo que extraño de vos.
No hace mucho te comenté que despertar sin tu presencia es morir un poco cada día.
Siento una impotencia que no se puede dimensionar cuando pienso por qué no puedo despertar acompañada por mi faro especial.
Igual que aquel, sos mi luz par que no me hunda en las profundidades desconocidas.
No entiendo cuando me preguntan ¿Qué se siente al perder un hijo?
Una pregunta en cierto modo maliciosa, por más que se haya pronunciado con ternura.
Perder un hijo es dejar de existir cada minuto de vida terrenal que nos queda.
Es yn episodio tan antinatural que carece de demasiadas explicaciones que puedan ser entendidas por quien pregunta, sin prnsar que muchas veces es mejor callar, antes que lacerar el sentimiento de quien anonadado recibe una pregunta de ese tenor.
Como al faro la vida terrenal me sorprende a diario.
Me niego a creer que vivo en una sociedad donde tarde o temprano las máscaras caerán.
Lo único que tengo en calor es mi amor hacia vos.
Mi deseo más ferviente es poder establecer a diario esta conexión que logra acercarnos aún más.
Si algún día se interrumpiera serás el primero en conocer la razón.
No quisiera llegar a esa instancia.
Es un enigma que el tiempo resolverá.
Mi anhelo es el de siempre. Tener un instante para darte un beso.
Te amo más que a nadie en el mundo por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=TgfXBe2l44Q
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