LUZ DE LUNA EN LA BAHÍA

Los sueños que nos proporcionan felicidad no deberían culminar nunca.
Creo despertar en una habitación que no es la mía.
Ignoro en qué lugar estamos.
Puedo precisar que presenciaremos las primeras luces del amanecer.
La luna tiene unos destellos de color verdoso que tiñen las aguas del la bahía de ese color tan especial.
Quizás por efectos del sueño, los colores se transformen,
Puedo sentir tu respiración, un signo de vitalidad misterioso en un sitio inusual.
Como antes parece que durmieras boca arriba.
Corrijo el pliegue de tus sábanas.
Cierro el ventanal.
Bajo las persianas hasta que solo entre un haz de luz que me permita contemplar tu sueño.
Esto sentada en el borde de la cama para no perderme un solo detalle de tu imagen.
Sé que hace más de dos años tu hábitat está en el Reino de los Cielos.
Sin embargo afirmo con plena certeza que estás dormido en la cama paralela a la mía..
Mis manos se paralizan cuando llegan a tu cuerpo rígido impidiendo que pueda acariciarlo como tanto lo deseo.
Enciendo la luz, tus ojos inmóviles permanecen abiertos.
No es posible aquella mañana de agosto en que nos despedimos temporalmente tus ojos estaban cerrados, dormías en paz asido de mi mano.
Quero salir de este sueño que al principio fue placentero y ahora ha mutado a la peor de las tragedias.
No quiero que crea que he perdido la cordura.
Busco una bata para bajar a la recepción.
El conserje me dice que estoy excesivamente pálida si deseo que llame al médico.
Contesto que escuché ruidos extraños en la habitación.
Solo estoy atemorizada.
Abordamos juntos el ascensor.
El viaje parece interminable.
El empleado me dice que estoy alojada en uno de los últimos pisos del hotel.
Episodio que logra confundirme, jamás hubiera elegido pisos tan altos.
Llegamos.
El conserje enciende las luces de la habitación para cerciorarse de donde provienen los ruidos que llegué a oír.
La cama en que vos dormías está perfectamente extendida, como si nadie la hubiera ocupado.
Tengo deseos de verte pero no de esta forma tan cruel como antojadiza.
Preparo la maleta.
Quiero irme cuanto antes de este lugar tan tétrico.
Mientras me visto escucho tu voz diciendo “Está todo bien má”.
En la aerolínea le informan al empleado que el primer vuelo a Buenos Aires es por la tarde.
No preguntaré en que sitio del mundo estoy.
Contrataré un vuelo privado.
Mi tesoro sabés que te amo como a nadie en el mundo.
Mi sueño es reunirnos para siempre.
Mi mayor anhelo darte un beso.
No en estas condiciones rayanas a la locura.
Nuestro reencuentro debe ser tal cual lo he soñado, en paz absoluta.
Mientras llega ese momento, solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=9ahgQIBI6-Q