SIN COLORES

Hace un tempo te formulé una pregunta que no estoy segura fuera adecuada a tu edad.
Amparada en los desafíos que siempre me ganabas, sin que te otorgara ventaja alguna, me propuse preguntarte:
¿ De lo que has conocido de la vida terrena, qué es aquello que más te gusta?
Tu respuesta fue otra pregunta que nos hizo reñir a los dos.
¿Hay trampa?
Al responder que no a tu desconfianza,
Tu rostro adquirió demasiada seriedad.
Contaste que siempre y no sabías por qué te fascinaban todos los seres vivientes, la naturaleza en cualquiera de sus manifestaciones.
La conversación fue tomando profundidad,
Lo primero que hiciste fue cintarme que habías comenzado a leer un libro de uno de mis autores favoritos, don Ernesto Sábato, pero que lo habías dejado ya que no entendías ¿Cómo el autor contaba la vida de los invidentes en la Parroquia Inmaculada Concepción de Belgrano?
No es necesario carecer de visión para comprender el infierno que vivían quienes habitaban los subsuelos de la iglesia.
Solo es cuestión de convivir con ellos en las sombras y tener la aptitud fantástica de ver con los ojos del alma, para conocer en su exacta dimensión todo lo que puede llegar a sentir una carente de visión.
Como cuenta el autor es un submundo al que nadie quisiera ingresar.
Perder un sentido, logra que el terrenal se mantenga siempre en estado de alerta
, no para evitar que le sustraigan algo material sino para impedir que le roben los pensamientos.
Imagino que debe ser muy triste vivir en un mundo sin color.
Observar que ante nosotros solo pasan sombras que no podemos identificar.
Para evitar la miserabilidad de algunos terrenales que dañan por que sí.
Hay que acercarse a las personas que te aman de verdad, con el objetivo de despertar los recuerdos.
No faltará quien te comente que la luna plateada, orgullosa adorna el firmamento luego de dejar que los púrpuras y magentas que adornan l crepúsculo, se hayan despedido hasta el ía siguiente.
Quien te ama mirará con los ojos del alma para que puedas recrear las luces del alba, antes que Febo comience a derramas sus brillantes rayos dorados.
Mi vida, un alma pletórica de luz, jamás pasará por esas instancias de quedarse viendo la vida sin color.
Todo lo que me rodea, tenga o no policromía, tiene tu nombre.
Imagino en día de nuestro reencuentro como un estallido de fragancias y colores.
No sé cuando ocurrirá, si la demora es mucha o es poca, solo te ruego que mientras ese tiempo transcurre. Nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=ka_Q14BPdGs&t=2874s