HOJARASCA

Luciana es una bella joven, nieta del escritor Ernesto Sábato.
La casa estababa semiderruida.
Fue así que los hijos con la ayuda del municipio la arreglaron conservando el estilo de la propiedad.
No era justo que el patrimonio del gran escritor se perdiera entre expedientes y trámites qye nunca llegaban a cristalizar el museo con el que había soñado Don Ernesto.
Las paredes están cubiertas de tesoros.
No se trata de libros del autor, pues escribió poco pero excelente material, recibiendo premios internacionales por su exigua obra.
Recuerdo que te llevé a conocer la casa de estilo indefinido, tal cual era su dueño.
He vuelto a visitar el ahora museo.
Luciana es su directora, la encargada de explicar la diferencia de los jardines de la edificación.
El posterior está muy cuidado, en los canteros crecen diferentes especies, obsequiando fragancia y un colorido muy particular.
Risueña comenta Luciana que su abuelo escribía en un viejo escritorio que está en la biblioteca, delante de un ventanal donde el pequeño jardín se oculta debajo de la hojarasca que Don Ernesto nunca permitió quitaran de allí.
A las personas que recibía, les decía que si querían ver un jardín prolijo visitaran el de su esposa Matilde.
A el personalmente le gustaba el suyo y se oponía a que lo arreglara un paisajista, diciendo que la hojarasca era el alimento de sus musas.
Recuerdo tu sonrisa cuando escuchaste la historia.
Las personas que escribimos tenemos pequeños trucos a la hora de escribir.
Admiro al maestro, jamás me compararía con el.
Posterior a la visita al museo quisiste visitar el barrio de casas bajas linderas a la del autor.
Querías conocer como era el barrio, todo lo que estuviera ligado con aquel.
Tal vez imaginaste que encontraríamos una mansión o algo parecido.
No la simpleza en todo su esplendor.
Cada día que pasa tu ausencia es más notoria,.
Si bien te llevo enlazado a mi alma, me gustaría que te corporizaras, escuchar tu risa cristalina.
Tener un segundo para sumergirme en la profundidad de tu bella mirada, poder darte un beso.
Escuchar tu voz.
Días pasados a otro argentino reconocido como el Papa Francisco, con quien tengo algunos desacuerdos, le cuestionaban que recibiera tan seguido, al gripo de Madres de Plaza de Mayo.
El Jeede de la Iglesia Católica respondió que ante el dolor no cuenta las veces que recibe o recibió a las mismas personas-
Según su leal entender un padre o una madre que ha perdido un hijo es un ser vencido.
Su misión pastoral es escucharlos más allá de las ideas políticas que tengan.
Me pareció una conclusión óptima.
Un terrenal vencido en una guerra no tiene mucho más para perder.
Su cuerpo es como un envase vacío donde se aglutinan los recuerdos de ese hijo o hija que se fue.
Coincido con el Santo Padre.
Al vencido hay que escucharlo en lugar de fustigarlo.
Una mirada que solo puede comprender alguien que ha pasado por tan trágicas circunstancias puede entender en su cabal dimensión el sentido de esa pérdida.
Son dos almas que hablan el mismo idioma pues pasaron idéntico dolor.
Sé que en tu morada estarás sonriendo, en una misma conexión te nombré a dos argentinos que pudiste conocer.
Te extraño, tesoro.
Despertar sin tenerte, es una tortura.
Sabemos que no tengo otra alternativa que esperar, mientras tanto te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá..

https://www.youtube.com/watch?v=NopwZchn0bY