Es fascinante aprender de todo.
El conocimiento es el mejor alimento que le podemos ofrecer a nuestro cerebro.
En particular me atraen los fenómenos celestes.
Son los únicos capaces de acercar la vida tal como la entiendo tiene parecidos inobjetables entre el mundo terrenal y celestial donde estás vos desde hace poco más de dos años.
Por enésima vez ayer visité el planetario de la Ciudad de Buenos Aires.
Sitio bello y silencioso para concentrarse exactamente en lo que una espera ver a través de los telescopios.
No estaba muy concurrido ya que no se invitaba a los vecinos a participar de espectáculos celestiales, como si estuvieran ocurriendo muy cerca nuestro aún cuando años luz separan a estos dos mundos.
En días tranquilos como el de ayer , no es necesario formar largas filas para hacer uso racional de los telescopios siempre con la ayuda de un científico que está acostumbrado a responder todas las preguntas que los recién iniciados solemos hacer.
Elegí para mirar el cielo un telescopio de última tecnología de tamaño normal o standard como suelen denominarlos los expertos.
Me enseñaron a colocar los brazos de manera que no se escape el objetivo que deseaos enfocar.
El maestro me preguntó si conocía las constelaciones, respondí que solo dos, la de Libra que es la que corresponde a tu fecha de nacimiento y la que se encuentra al Oeste de Orión ,donde Raquel personaje bíblico, en una carroza de cristal, fue en bús queda de su hijo que se hallaba perdido en el cielo-
Por suerte pudo reunirse con él y traerlo nuevamente a suelo terrenal,
No he podido nunca emular a Raquel.
Conmovido el científico se retiró, dedicándome una sonrisa de compañía en un momento doloroso de mi vida.
Uno más desde que el destino te arrancó de mi lado.
Al principio busqué las primeras constelaciones.
El cielo parecía un gran trozo de terciopelo azul bordado por titilantes estresllas demasiado parecidas a los diamantes.
Astree, la diosa griega de las estrellas, en uno de mis enésimos viajes en la máquina del tiempo, prometió que te trasladaría a la constelación de Libra que era la que te correspondía.
Le pregunté si ese traslado significaría alejarte de los seres que te amaron y antecedieron en el camino.
Me dijo que ni, agregando “Tu hijo es un andariego del Reino de los Cielos.
Días pasados lo ví paseando, asido a la cola de un cometa.
Es hermoso verlo tan feliz”
Mi vida me hubiera gustado observarte como lo hizo Astrea, no pudo ser.
Esta noche hasta que no vea tu bello rostro en la constelación de Libra no me iré de aquí.
Necesito sumergirme como nunca en la profundidad de tus hermosos ojos, acariciarte y poder tener la posibilidad de darte un beso.
Uno solo.
Los otros los guardaré para cuando se produzca nuestro reencuentro.
¿Sabías que siempre te quise de una manera difícil de dimensionar?
¿Sabúas que si sigo entre los terrenos es solo por vos?
Acudiré a tu llamado ni buen se produzca.
Quiero que me escuches decir cuanto te amo.
Mientras hacen los preparativos para mi llegada, solo te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=kWI0NOOcVZM
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