EL RECORRIDO DE MIS LÁGRIMAS

En la mitología romana Aurora, es la diosa de las lágrimas.
En la griega se venera como tal a Eos, bella mujer que vive en el cielo junto a sus hermanos el Sol y la Lona.
Mujer prolífica tuvo varios hijos, entre ellos los cuatro vientos.
Uno de sus herederos fue asesinado.
Llora a su jijo muerto al amanecer vistiendo de gala a todas las flores del Universos con transparentes esferas de rocío.
A media mañana cuando su hermano comience a brillar las hará desaparecer.
Esto se repite a diario.
Conocí a Eos, en uno de mis habituales viajes en la máquina del tiempo.
En esta ocasión seré recibida en el Olimpo.
Eos ha bajado a la tierra para calmar al viento Bóreas, uno de sus hijos que está provocando daños a los agricultores.
Me recibe con un abrazo tan cálido que siento una emoción difícil de describir.
Ella es mamá como yo.
Si bien su hijo murió en circunstancias traumáticas, el dolor nos iguala.
Le pregunto por el recorrido de las lágrimas, pues sabe que me levanto llorando tu ausencia sin poder evitarlo.
Responde que van al cielo, que es su casa.
Las de ella no alcanzarían para que todo el planeta tuviera el efecto del rocío.
Cuenta que te ha visto, que estás bien en ese mundo nuevo.
No has sufrido la soledad ya que te recibieron los seres que te amaron de verdad y te antecedieron en el camino.
Coincide con mis dichos cuando digo que sos un ser de luz.
Junto a otros ángeles, Eos me confirma que sos uno de los encargados de encender las estrellas.
Expresa que debe partir.
Pide que esté tranquila, mi momento llegará.
Le cuento el abatimiento que significa esperar, se despide con otro abrazo y una sonrisa.
Quien tiene mi pasaje no debe tener hijos.
Tampoco debe comprender la necesidad de ua madre que solo desea estar con su heredero, para besarlo, acariciarlo.
Cumplir con su rol de mamá.
Quiero pedirte perdón por mi lanto continuo.
Es algo que no puedo controlar.
Despierto nombrándote y el llanto acompaña el dolor de no tenerte.
Muchas veces atiendo el teléfono llorando.
El interlocutor se da cuenta y no pregunta nada por mi voz quebrada.
Quisiera moderarme.
Los sentimientos no se pueden manejar a nuestro antojo.
El recorrido de mis lágrimas sé que llega a vos para decirte cuanto te amo y te extraño.
Siempre te pido lo mismo, por favor no olvides cuanto te quiere tu mamá.

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