Nueve eran las musas griegas, todas hijas del gran Dios Zeus.
Inspiraban a músicos y poetas.
Nueve musas como los planetas o los cielos de los que hablaba el poeta florentino Dante en “La divina comedia”
Mi gran fuente de inspiración sos vos. Solo pensarte en forma constante me lleva a escribirte a diario.
Es una conexión mágica que establezco con vos.
Cualquier pensador o artista griego hubiera sentido placer si te hubiese conocido.
Los imagino conversando sobre la naturaleza que tanto amabas y también sobre temas de mayor profundidad.
Gustabas lo poco que te conté sobre mitología griega.
Mitos que se parecían mucho a un cuento que escuchabas con atención.
Lo demostrabas mirándome con esos ojos tan bellos que me regalaban la caricia de una mirada tan especial.
Todo fue especial en vos,
Incluyo tu partida tan prematura como inesperada.
Totalmente contraria a las leues de la vida que dice que son Ustedes quienes deben despedir a sus mayores.
Despedir a un hijo es algo terrible.
Tanto que no tiene nombre.
El dolor no cesa nunca.
Muy por el contrario a medida que pasa el tiempo se profundiza más.
Es posible encontrar momentos de sosiego.
Pinceladas pequeñas que traen los recuerdos compartidos
A ru lado encontraba resolución a los pequeños y grandes problemas que surgen a diario.
Un ser de luz como jamás volví
A encontrar en todo este tiempo.
Solidario como pocos.
En tu léxico no existía la palabra traición.
Tenías la capacidad de eximir de culpas a quien se había violentado injustamente contigo con un simple “Ya pasó má”.
No era tan así.
Muchas veces te ví derramar lágrimas en silencio.
No querías preocuparme.
Siempre pensabas en los demás cuanto te preguntaba ¿Y vos?
Tu respuesta acompañada de la más linda sonrisa era “Tendré tiempo más adelante”.
Quiero que sepas que a tu lado aprendí todo aquello que no se olvidará mientras dure la existencia.
Te amo tesoro.
Te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=7XB8vnHN1n8
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