LETRAS PARA MI SOL

Cuenta la mitología griega que el dios venerado como representante de la soledad es Hefesto.
Una deidad de apariencia triste y misteriosa.
En la mitología romana suele comparárselo con Vulcano.
Hefesto está reconocido en los cantos homéricos.
Si templo está oculto en el monte Olimpo.
También reconoce el mito que en su hábitat cuidaba las almas de los terrenales que habían partido a otras dimensiones.
No es lo mismo elegir como opción de vida estar solo, con escaso contacto con los de su especie, que la soledad que impone el destino sin consultar previamente a quien quedará en ese estado de absoluto desamparo.
Quienes hemos sido seleccionados por aquel, evitamos el contacto frecuente con nuestros iguales.
Erróneamente se nos califica de huraños como ermitaños.
No discuto esa concusión.
Quienes quedamos solos por pérdidas irreparables, necesitamos el mayor tiempo posible para evocar al ser o seres que antes formaban parte de nuestras vidas.
Si bien respiramos, indicativo que estamos con vida, la misma es una tortura de la que resulta casi imposible salir.
Nuestro tiempo está dedicado a pensar en el ser que más se ama en la existencia terrena que es un hijo.
Te he perdido hace casi treinta y dos meses físicamente, pocos saben que una madre jamás reconocerá el final trágico del ser que trajo al mundo para que viviera con plenitud, cristalizara cada uno de sus proyectos.
En t caso eran muchos.
Tus logros eran motivo de orgullo.
Satisfacción indescriptible al ver que tus sueños se hacían realidad dejando de ser utopías que muchas veces se pierden en el pensamiento.
No es la primera vez que me pregunto ¿Qué me faltó hacer para tenerte conmigo hasta que llegara mi momento de partir?
Los neurobilógos afirman que no es sentimiento de culpa sino la necesidad insatisfecha que produce la lejanía transformada en eternidad.
Pecaría de necia e injusta si no recordara que tuve momentos dichosos, placenteros, la risa era una constante en nuestras vidas hasta que llegó elpeor menos pensado, menos querido.
Gracias a tu ayuda incondicional lentamente fui emergiendo de ese agujero negro que significa la muerte, así lo califican los especialistas en psiquiatría.
De todos los duelos un ser humano se recupera, menos de la partida prematura de un hijo.
Cuando tus ojos se cerraron indicando que había llegado el final, el mundo se terminó para mí.
Fue comenzar de cero cuando hubiera querido que ese viajes como tantos otros lo hiciéramos juntos.
Desgraciadamente no ocurrió.
Es triste renacer de las cenizas.
He tenido que enfrentar muchas cosas que no conocía.
Siempre apoyada en los pilares de tu fuerza.
Me animás ante las torpezas que cometo que no son pocas.
No se trata de barajar y dar de nuevo.
La vida no es un juego de naipes.
Nunca reconoceré que no estás más.
Las mamás que han pasado por las mismas circunstancias saben qué quiero decir.
Estas letras para el sol de mi vida no son un reclamo.
Es una de las tantas conversaciones que mantenemos.
Se parecen a las de ese pasado no tan lejano.
Solo se parecen.
Nada tiene sentido cuando falta la luz que ilumina nuestro sendero.
Te quiero tanto como te extraño.
Estoy impaciente por la demora del vehículo que me llevará junto a vos.
Mientras espero como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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