Sunday, April 01, 2018
NOCTURNO
El atardecer cae sobre la ciudad, mostrándola de una manera más intensa.
El sol elige para esconderse un edificio.
Una tarde fresca que invita a caminar por caminos recorridos asido a tu mano.
El tiempo sin poedad eligió para mí la soledad más paupérrima.
Soledad que se siente en el alma cual dagas filosas que atraviesan las heridas que siguen abiertas.
No quiero llorar.
Me da pudor hacerlo delante de desconocidos.
Las vidrieras muestran vatiedad de productos.
Cada uno de ellos trae a mi mente los recuerdos de los momentos compartidos.
¡Qué felices vivíamos no hace tanto tiempo!
¿Por qué todo culmina de manera tan rápida como dolorosa?
El caudal de gente que camina va disminuyendo.
Es noche cerrada.
Siento en uno de los bolsillos del saco que llevo la linterna que me regalaste.
Reías al contarme todos los usos que podía darle.
El viento con su silbido arrastra las hojas crujientes que han caido de los árboles.
Distraida doblo en una esquina.
El paisaje va cambiando de manera abrupta.
Nunca antes había transitado esa calle.
A medida que avanzo se angosta.
Desaparecen las veredas.
El cielo se cubre con un manto de nubes espesas.
Desaparecen los destellos plateados de la Luna.
No se observa el titilar de las estrellas.
Siento temor.
De la nada apareció la figura corpulenta de un hombre.
Viste ropas negras.
Calculo que camina a unos cincuenta metros delante de mí.
Te pido como siempre que me protejas.
El hombre porta en sus manos un viejo farol.
Utilizaré su luz.
Agradezco haber salido con calzado bajo, no hace ruido.
No quiero ser descubierta.
Si ese terrenal cesa sus pasos, me detengo.
No hay sitio donde pueda esconderme.
Mientras avance podría detenerme para tomar distancia.
No encuentro lugar alguno.
Ese personaje sórdido ha logrado asustarme con sus risotadas que suenan en la noche oscura y silente.
Agradezco a mi hijo adorado que aún no ha notado mi presencia.
Muchachito no me abandones,
Más adelante cerca de un puente un banco de niebla.
La visión se acota.
Detengo mi marcha detrás de una pila de ladrillos.
No deseo ser vista por esa figura grotesca.
Sube al puente que indica está sobre el caudaloso arroyo.
Puedo observar que está descalzo.
Ahogo un grito de horror en mi garganta.
No son pies que se correspondan con los de un ser terrenal vivo, son huesos.
Arroja la ropa al costado del puente,
El farol caerá sobre ella,.
Provoca u incendio,
No puedo evitar un alarido.
El esqueleto se da vuelta como si pudiera mirarme con sus ojos óseos.
Necesito alejarme de esa imagen dantesca.
No tengo fuerzas para salir corriendo.
Pierdo la conciencia.
Despertaré en un centro médico.
Una enfermera me dice que cuando termine de pasar el suero estaré compensada y podré llegar a mi refugio.
Recibo la visita de un médico.
Tiene el mismo porte que el hombre del farol.
Con una sonrisa me pregunta ¿Es suya esta linterna?
Respondo asintiendo con la cabeza.
Deseo que se vaya.
El miedo paraliza.
Tu abrazo alado me tranquiliza.
Te prometo no salir sola cuando las noches son tan oscuras.
No quiero preocuparte.
Siento seguridad cuando te percibo a mi lado.
Pronto nos encontraremos.
Mientras esperamos se produzca el momento soñado, te ruego no olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=gB54nmx8M9k
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment