ESRELLAS FUGACES PARA VOS

Buenos días mi ángel guardián.
Anoche no seguí tu consejo de apartar el móvil mientras se cargaba.
Distraída lo dejé en la biblioteca Para cumplir con ese efecto.
Quien deseara comunicarse con esta mamá podría hacerlo por el de línea que es que conservo en el lugar de siempre pese a que mi refugio sea distinto a los demás.
No tenía sueño.
Tardó en llegar pues recordaba eventos dolorosos que ocurrieron el lunes.
Inesperados como siempre o tal vez consecuencia del tiempo.
Como le expresara a Dan pensamos en los episodios que pueden suceder, más allá del motivo.
El hecho cambia de forma cuando sucede.
No es lo mismo que el adjetivo.
No es mi deseo habar de las diferencias de las palabras y el significado que adquieren, según el momento.
¿Has recibido la visita de un nuevo ángel en tu cielo?
Imagino que sí.
No dudes en mostrar todo lo que conocés de la esfera celestial.
¿Podrás perdonarme que sea una máquina de pedir?
Ante lo desconocido, casi todos reaccionamos de la misma forma.
Es difícil alejar el miedo o temor.
Los terrenales jamás estuvimos allí.
Personalmente espero que llegue prontamente ese tiempo que el destino eligió para mí, sin consultarme.
Mi precioso conocés que mi situación es tan pesada como tediosa.
No ter asustes.
Tampoco quiero que en tu mirada aparezcan visos de preocupación,
Solo deseo expresar como siempre aquello que siento en la profundidad de mi alma, totalmente ocupada por vos.
Pese a usar siempre reloj, no puedo afirmar a qué hora recibí una llamada en el celular.
El número no estaba identificado,
Pese a tus advertencias atendí.
Nada malo podía ocurrirme por contestar una llamada.
El atardecer asomaba en las ventanas de mi refugio.
Hora mágica donde el pintor más excelso tiñe el cielo de rosados profundos y púrpuras.
Como no respondí en tiempo y forma dejaron un mensaje en el buzón de voz.
¿Sabés que tu mamá vive siempre en la misma burbuja?
No te enojes siempre fui así, aún cuando no pueda ser la mujer de ayer.
No podía dar crédito al audio que escuchaba.
La voz me resultaba más que conocida.
Astrea, la diosa de las estrellas en el Olimpo griego, cursaba una invitación para esa noche.
El motivo era presenciar las estrellas fugaces que surcarían el cielo en esa noche de septiembre tan particular.
Busqué ropa adecuada para asistir a semejante espectáculo natural.
Observe que desde hacía algunos minutos un auto estaba estacionado en la puerta de mi refugio.
Al salir presurosa al lugar indicado por Astrea, escuche la bocina del automóvil.
La deidad de las estrellas lo había enviado con el propósito de presenciar un espectáculo estelar.
No pregunté hacia donde nos dirigíamos,
Carecía de importancia.
Todo aquello que esté ligado al Universo estelar te tiene como protagonista principal.
El sitio era un descampado.
Parecido al Planetario de la Ciudad de Buenos Aires.
Solo semejante.
Algunos telescopios ubicados al pasar.
Los asistentes que no éramos muchos pudimos contemplar una noche fascinante.
En el cuelo aparecían las estrellas fugaces con su colorido habitual.
¿Sabrías indicarme hacia donde van?
Aprendí que su vida es tan efímera como la tuya?
¡Cuánto daría esta madre por tener a su luminoso heredero a su lado!
Basta tiempo opaco.
Sé de memoria que no es no momento.
Como expresa mi hijo “Nada dura para siempre”
¿Vas a enfrentar a mi ángel custodio?
No pierdas tu esencia no te tenemos miedo.
Mi adorado hijo me da fuerzas para seguir.

¿Cuál es tu pretensión?
Si buscás sumisión jamás la encontrarás.
Te respeto, nada más.
Tus esfuerzos so vanos, fútiles.
Nunca podrás impedir nuestro reencuentro.
Te guste o no, mi utopía será realidad tangible.
Nada te debo, ergo no te temo.
Mi tesoro, estoy condenada a esperar.
Espera ridícula si las hay.
Estaré con vos para darte ese abrazo que muere en mis brazos.
El beso matutino para despertar tus sueños.
Mientras transcurren impávidas las horas, solo te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=o3M6BrzT1Do