Sunday, September 23, 2018
RODOS LOS SENDEROS LLEVAN A VOS
Caminos angostos, en los laterales árboles con floridas copas, regalando fragancias que llevan a la ensoñación.
Es temprano.
Por entre las ramas abrazadas, suaves, se filtran los destellos dorados del sol.
Ni una nube osaría empañar el firmamento celeste.
Juntos recorrimos caminos parecidos.
¿Por qué parecidos y no iguales?
Recibirás la respuesta, comprendiendo la diferencia.
Al inicio del estrecho sendero, un hombre a quien no pude calcular su edad, removía la tierra de un futuro cantero.
Al ver mi caminada en estado de introspección, con voz grave, comentó, estaba por comenzar a desparramar en la tierra fértil, semillas de flores azules y rojas.
Flores pequeñas contrastando con la floración de las especies encontradas a la vera de un camino tan luminoso como vos.
Con displicencia agregó que no estaba transitando por un sendero como cualquier otro.
Este, lleva al inicio de la escalera que asciende al cielo.
¿Cuál es tu búsqueda?
Sentí confort al poder compartir mi dolor.
No demoré en contarle mi utopía.
Utopía deseo se convierta en realidad tangible.
Luego de escuchar el angustiante relato me pidió que en esta ocasión pensara y deseara con fuerza la concreción de mi anhelo.
Es la única manera que los sueños más añorados puedan cristalizarse.
Pude sentir la tibieza de tu abrazo.
Susurrando, inquiriste ¿Puedo acompañarte mamá?
¡Claro mi amor, asida a tu mano todo, es más fácil!
Ignoro que tiempo demandó llegar a una pintoresca escalera.
En los laterales de los peldaños, las barandas estaban cubiertas de flores.
¡Reconociste el lugar!
Nos sentamos en un escalón.
Procediste a explicarme “Má, esta escalera, es la que lleva al Reino de los Cielos.
Comencé su ascenso el mismo día de mi partida.”
La belleza y profundidad de tu mirada acariciaron mi alma.
Sentí deseos de llorar, no lo hice. estábamos juntos después de mucho tiempo sin visualizarte.
Proseguiste tu relato.
“No quiero lastimarte mami, por ahora no es tiempo para que te acompañe en cada escalón.
Antes de llegar a mi nuevo hábitat, tus intentos serán vedados.
No es tu momento.”
Un beso tierno, en mi mejilla y no pude verte más.
Desahogué la furia de mi llanto.
Un vendaval de lágrimas cubrió mi rostro.
¿Pir qué tu presencia corpórea fue tan breve?
¿Cuál fue mi error en esta divina ocasión?
¿Por qué el destino se ensaña de manera tan cruel?
Mientras caminaba hacia mi refugio, observé al hombre que plantaba semillas.
Parecía estar esperando. mi arribo.
Con la mirada cargada de experiencia y la voz queda, me pidió un esfuerzo más.
¿Otro?
¿Sabe Usted cuanto tiempo hace que espero el reencuentro con mi hijo?
La respuesta fue concisa, “Lo sé, soy la figura del Tiempo con el que a veces te enojás.
Tu carácter es bravo.
No depende de mí exclusivamente tu partida.
Te pido tengas confianza.
La fecha de aquella solo la conoce Dios”.
Conmocionada, no tuve palabras para responder.
Sí pude recordar todas las ocasiones en que a través de las letras, lo denosté, peleando por algo que pensé era su potestad.
Mi tesoro, sentí paz al contemplar tu hermosura.
Fue la primera vez que te corporizaste.
¿Lo harás en otra ocasión?
¿Por qué en tus ojos, había tanta tristeza?
Espero que pronto nos volveramos a encontrar.
Mi más ferviente deseo es que ese episodio se produzca en la eternidad.
Te amo y necesito cada día más, por ello renuevo mi pedido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=-Z7osJ6rg3s
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