Thursday, April 04, 2019
CASI INMORTAL
Cada mañana al establecer contactos literarios con el ser que más amo y amaré en la vida, busco hacerle llegar imágenes por ambos conocidas alguna vez.
Tiempos casi remotos.
Posiblemente no vuelvan a ocurrir en el inframundo al que somos condenados los terrenales que hemos pasado la peor de las tragedias.
¡Perder un hijo!
Cada uno de mis lectores imagino tiene su propio entorno.
A los que han tenido la suerte de conformar una familia les quiero preguntar para que no me tilden de recurrente.
¿Tienen descendencia?
¿Por un instante se han detenido a pensar qué sería de Ustedes si alguno de ellos muriera?
Pesada cruz que a nadie le deseo.
¿Desean conocer cómo son los días que pasan con languidez?
No existe adjetivo para calificar el calvario.
En esas instancias pasamos a ser seres robotizados.
Nos despertamos, o es alguien desea que así sea.
¿Es nuestra voluntad?
De ningún modo.
Una madre piensa que sus hijos la sobrevivirán.
Es una ley natural de la vida.
¿Qué sucede cuando los caminos se separan?
Aparecen las crisis.
Cuestionamientos difíciles de resolver.
¿Piensan que es de mi agrado estar sumergida en un mar de dudas?
No.
Seguidora de tendencias filosóficas ancestrales.
Progresos neurobiológicos, a todo intento buscarle una respuesta racional.
¿He llegado a una conclusión satisfactoria?
No, a medida que el tiempo transcurre aumentan mis dubitaciones.
¿Por qué?
Simple razonamiento.
Como muchos de Ustedes, he intentando llegar a la esencia de cada acontecer.
¿Lo he logrado?
No.
Las piedras en el sendero remultiplican.
Impiden vea y asuma la realidad.
¿Es una certeza?
De ninguna manera.
Las vacilaciones siguen aumento sin que nadie pueda despejarlas.
Como muchos de Ustedes, por una cuestión de costumbres, tuve que acercarme a la iglesia.
La idea de mis padres era que tomara la comunión.
¿Recibí las aguas bautismales?
Si.
Puedo afirmar que fue un acto sucedido en contra de mi voluntad.
Una bebé, carece de posibilidades para razonar.
Imposible defenderse de aquello que no se quiere y se desconoce.
Nuestros padres piensan por nosotros.
¿Está bien que así ocurra?
No.
Deberían dejarnos madurar para que tuviéramos la posibilidad de elegir libremente.
¿Cuál es la necesidad de encadenar a un hijo a viejos paradigmas?
El ser más amado por mí, fue bautizado para complacer a los familiares.
¿Hubiese querido, fuera así?
No.
Traje al mundo para que viviera un ser libre.
¿Han comprobado la palabra de ese ser superior, pletórico de bonanza?
¿Por qué creer en las palabras supuestamente atribuidas a un ente desconocido?
¿Abrirían la puerta de sus hogares a personas que asan circunstancialmente por allí?
¿Deben las tradiciones apoderarse de mis pensamientos?
¿Por qué?
¿Acaso estoy inhibida para razona?
No me alcanzan los escritos de interpósitas personas para creer.
En todos los ordenes de la vida necesito comprobar la veracidad de aquello que se utiliza como enseñanza.
¿Es una de mis obligaciones creer?
Ni siquiera otorgo credibilidad a la santa paz de los sepulcros.
Mi descendiente fue sabio.
Eligió ser incinerado, imafino con la noble intención de seguir amando su propia libertad.
¿Habrás ocurridote esa forma?
No tengo certezas.
Fui seleccionada para cumplir con su voluntad.
¿Me arrepiento de ello?
No.
Solo cuestiono que el calor infernal haya tomado su cuerpo para dejar nada más que su esencia.
¿Qué habrá sido de tu mirada regalándome, caricias al alma?
¿Y tus brazos pueden continuar uniéndose en el abrazo que me hace tanta falta?
¿Dónde puedo encontrar la melodía de tu voz?
Odio el silencio que trae la soledad.
Es tan ruidoso, como triste.
¿Podré superar esta angustia alguna vez?
Siete letras tiene tu nombre adorado.
Una más de la especie casi inmortal que elegí para adornar esta entrega.
Un cóndor andino,, atravesando el horizonte después de un día lluvioso.
El arco iris le otorgó luz verde para que llegara a ese enclave enigmático donde dicen moran los muertos.
¡No quiero tener un hijo muerto!
¿Nadie es capaz de comprender mi dolor?
Me hubiera gustado te parecieras a la especie más longeva que se conoce.
Habitante de nuestra cordillera de los Andes.
¿Recorás cuando viajábamos en catamarán por las aguas color esmeralda del lago Gutierrez?
La azafata nos comunicó que el capitán del navío evitaría hacer sonar sus sirenas cuando pasáramos por un cerro ahuecado.
¿Qué tesoro permanecía entre las rocas, cuya cúspide estaba vestida de blanco por las nieves eternas?
Nada más ni nada menos que el nido de los cóndores que no tenían capacidad de desplegar sus alas para volar tan alto que se perderían a la vista humana?
¿Me hubiera complacido integraras esa especie?
Sí.
No habría dudado en buscar un refugio a la vera de uno de los lagos más bellos del mundo.
¿Por qué?
Tu vida no se hubiera extinguido de manera prematura e injusta?
Serías el cóndor más bello de toda la especie.
No dudarías en desplegar tus alas para mí, haciéndome partícipe de un vuelo inmortal.
Podría rozar con mis dedos cada uno de los siete colores del arco iris.
¿Otra causalidad?
Siete letras componen tu nombre amado.
Siete son los colores del arco más admirado por los humanos?
¿Es una señal?
¿Cómo debo interpretarla?
¿Propiciará nuestro reencuentro o solo se trata de una sensación placentera?
¿Has podido recordarme en todo este tiempo sin razón?
¿Te he dicho cuanto te amo?
¿Relaté mi sed de estar a tu lado para siempre?
¿Ocurrirá en alguna ocasión?
¿Qué más se necesita para dejarme ir?
¿Has notado el motivo de tanta incertidumbre?
Tesoro de mis entrañas, este loco sentimiento crece día a día.
Es prioridad encontrarnos.
Debo esperar sin saber cuando podré partir.
El equipaje está preparado para cuando sea convocada.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá
https://www.youtube.com/watch?v=-V5mpJ8iA38
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