Saturday, October 12, 2019

COMUNICÁNDONOS



Buenos días mi amor.
Llueve copiosamente.
Era necesario para las cosechas en los campos cercanos a las grandes ciudades.
Los excesos producen desastres difíciles, no solo de presagiar sino de otorgarles solución inmediata.
Muchos vehículos han quedado aplastado debajo de añosos árboles.
Película que se repite cada vez que Eolo se convierte en vendaval.
Nunca comprenderé el capricho de los funcionarios que pese a saber que los ejemplares tienen que ser removidos por ser añosos, no permiten que el vecino ni siquiera los pode.
Impera la necedad.
Mientras el clima golpea con una voracidad inusitada, quiero invitarte a recrear un recuerdo.
En un tiempo las cabinas telefónicas eran las protagonistas de la comunicación, para los seres que no poseían conexiones telefónicas en sus domicilios.
El color rojo, idéntico a los vetustos buzones repletos de cartas era una de sus características.
En nuestro país, esos íconos representantes de tiempos pasados fueron removidos a través de una simple ordenanza redacta con apuro y votada sin pensar por los intendentes y concejales, de los municipios.
¡Burdos!
¡Ineficaces!
Nadie pensó que esas cabinas o buzones eran parte de la historia de nuestros antecesores.
Si tuviera la potestad de evaluar a quienes aspuran al poder, redactaría preguntas para que respondan sobre el acerbo cultural de la ciudad que pretenden gobernar.
No soy tan necia como para interrogarlos a nivel nacional ya que las hojas del examen estarían en blanco,
Conocen nada de los egidos, que pretenden ser gobernantes,.
De un plumazo, mediante una ordenanza eliminan aquello realizado por quien los antecedió.
Poco importa si está bien o mal.
Los imagino como reyes con los pies sumergidos en el lodo.
Todos están cortados por la misma tijera.
Son una máquina de prometer.
Si en época preelectoral se les pide un trozo de cielo, estos imberbes, responde “En ese trámite estamos”.
Subestiman el intelecto.
Penoso.
Quiero contarte que con el propósito de no escuchar más mentiras, dedico mi tiempo a oír programas radiales.
Los hay muy buenos y de ellos se aprende.
Hace un par de días, mientras los canales de televisión pasaban las falsas promesas de ciertos terrenales, escuchaba a dos locutores conversando sobre el destino que en Londres le dieron a las viejas cabinas telefónicas.
No las removieron de su lugar.
En un pueblo chiquito los vecinos comenzaron a colocar en el interior de las mismas, estantes para apoyar libros.
La consigna era llevarte uno y dejar otro para que alguien pudiera acceder a la lectura.
Una idea genial que aún permanece y se extendido a todo el territorio del Reino Unido.
En otras se brinda señal para tu teléfono celular.
Suelen ser puestos de flores o diarios que te llevan las últimas noticias.
¿Es tan difícil imitarlos?
No solo pensé en las cabinas de teléfono.
Romántica incurable no pude eludir pensar en los buzones colorados con sombrero negro.
¿Cuántas cartas de amor habrán albergado en su interior?
¿Cuántos obres portadores de noticias agradables y de las otras?
¿Por qué nadie conserva el pasado?
¿Les produce vergüenza?
Alguien debería recoger el guante.
Volver a emplazar las cabinas en su lugar.
Refugiarse de la lluvia pertinaz dentro de ellas leyendo un libro que otra mano anónima dejó con el propósito disfrutaras de tal actitud.
No existe nada mejor que la comunicación.
No a través de móviles de última generación sino aquella sostenida por los sentimientos incondicionales.
Nada me gustaría más que ingresar a una vieja cabina, no para buscar señal de Wi Fi, para mi móvil sino para sostener el auricular que me permita comunicarme con vos.
No debe ser tan difícil establecer comunicación con otros puntos del universo en pleno crecimiento de la tecnología.
Sería feliz si escuchara tu voz pronunciando la palabra “Mamá”
¿He perdido ese rango con tu muerte?
Sería demencial pensar así.
Fuiste, sos, serás, el hijo esperado con amor inconmensurable.
¿Puede la muerte en complicidad con Tánatos, anular el sentimiento más puro?
¿Hacía donde debo dirigir mis pasos para concretar mi ilusión de darte un beso?
¿Es incumplible, mi solicitud?
¿Por qué tantas objeciones cuando solo quiero verte un poco más?
¿No se han dado cuenta que no es suficiente solo pensarte?
¡Te necesito!
No conozco las palabras que puedan testimoniar la desesperación y desamparo.
Mi cura está en tus manos.
¿Qué hago aquí?
No debo cumplir ninguna misión.
Es momento de estar juntos para disfrutar.
No deseo seguir siendo una mujer gris.
Mis colores vitales serán para vos.
El resto, si hay, puede esperar.
Ayudame a llegar prontamente a tu lado.
Permanezco en suelo terrenal en contra de mi voluntad.
¿Has cambiado tu aspecto en todo este tiempo?
No deseo contar más.
Preciso abrazarte para lego adquirir tu mismo estado.
Te amo, por eso nunca dejaré de pedir, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=sKeu2lks8qc

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